sábado, 4 de octubre de 2014

El boggart del armario ropero


Todos los personajes y los fragmentos del libro original pertenecen a J.K. Rowling.

EL BOGGART DEL ARMARIO ROPERO

—Pues yo leeré ahora —dijo Molly acercandose a su marido, este le tendió el libro por la pagina adecuada y Molly leyó en voz alta—: El boggart del armario ropero.

Al escuchar el titulo del capitulo los ojos de Harry se agrandaron de golpe. Miró a Ron y a Hermione, quienes le miraban a el con una mirada similar a la suya. Se sonrieron de manera cómplice.

Malfoy no volvió a las aulas hasta última hora de la maña­na del jueves, cuando los de Slytherin y los de Gryffindor estaban en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos ho­ras. Entró con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportán­dose, según le pareció a Harry, como si fuera el heroico su­perviviente de una horrible batalla.

Ron asintió, demostrando que el había pensado lo mismo.

—¿Qué tal, Draco? —dijo Pansy Parkinson, sonriendo como una tonta—. ¿Te duele mucho?

Astoria no pudo evitar soltar un pequeño bufido que divirtió mucho a Draco.

—Sí —dijo Malfoy, con gesto de hombre valiente. Pero Harry vio que guiñaba un ojo a Crabbe y Goyle en el instan­te en que Pansy apartaba la vista.

Algunos bufaron, algo molestos.

—Siéntate —le dijo el profesor Snape amablemente.

Sirius alzó una ceja.

—¿Snape puede hablar amablemente?

—Snape es amable —aseguró Lily, pero luego frunció el ceño—. Cuando quiere...

Harry y Ron se miraron frunciendo el entrecejo. Si hu­bieran sido ellos los que hubieran llegado tarde, Snape no los habría mandado sentarse, los habría castigado a quedarse después de clase. Pero Malfoy siempre se había librado de los castigos en las clases de Snape. Snape era el jefe de la casa de Slytherin y generalmente favorecía a los suyos, en detrimento de los demás.

Muchos bufaron y los profesores miraron a Dumbledore, pidiéndole con la mirada que "hablara" con Snape cuanto antes.

Aquel día elaboraban una nueva pócima: una solución para encoger. Malfoy colocó su caldero al lado de Harry y Ron, para preparar los ingredientes en la misma mesa.

—Profesor —dijo Malfoy—, necesitaré ayuda para cor­tar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.

Harry y Ron miraron a Malfoy de mala manera y este se encogió de hombros, de eso no se arrepentía, había sido divertido.

—Weasley, córtaselas tú —ordenó Snape sin levantar la vista.

Algunos rieron mientras otros bufaban.

Ron se puso rojo como un tomate.

—No le pasa nada a tu brazo —le dijo a Malfoy entre dientes.

Malfoy le dirigió una sonrisita desde el otro lado de la mesa.

—Ya has oído al profesor Snape, Weasley. Córtame las raíces.

Ron cogió el cuchillo, acercó las raíces de Malfoy y empe­zó a cortarlas mal, dejándolas todas de distintos tamaños.

—Profesor —dijo Malfoy, arrastrando las silabas—, Weas­ley está estropeando mis raíces, señor.

Snape fue hacia la mesa, aproximó la nariz ganchuda a las raíces y dirigió a Ron una sonrisa desagradable, por de­bajo de su largo y grasiento pelo negro.

—Dele a Malfoy sus raíces y quédese usted con las de él, Weasley.

Ron volvió a gruñir.

—Pero señor...

Ron había pasado el último cuarto de hora cortando raí­ces en trozos exactamente iguales.

—Ahora mismo —ordenó Snape, con su voz más peli­grosa.

Ron cedió a Malfoy sus propias raíces y volvió a empu­ñar el cuchillo.

—Profesor; necesitaré que me pelen este higo seco —dijo Malfoy, con voz impregnada de risa maliciosa.

—Potter, pela el higo seco de Malfoy —dijo Snape, echán­dole a Harry la mirada de odio que reservaba sólo para él.

Lily, James, Sirius y Remus entrecerraron los ojos.

Harry cogió el higo seco de Malfoy mientras Ron trataba de arreglar las raíces que ahora tenía que utilizar él. Harry peló el higo seco tan rápido como pudo, y se lo lanzó a Mal­foy sin dirigirle una palabra. La sonrisa de Malfoy era más amplia que nunca.

—¿Habéis visto últimamente a vuestro amigo Hagrid? —les preguntó Malfoy en voz baja.

—A ti no te importa —dijo Ron entrecortadamente, sin levantar la vista.

—Me temo que no durará mucho como profesor —co­mentó Malfoy, haciendo como que le daba pena—. A mi pa­dre no le ha hecho mucha gracia mi herida...

—Continúa hablando, Malfoy, y te haré una herida de verdad —le gruñó Ron.

Los hermanos Weasley sonrieron a Ron con satisfacción.

—... Se ha quejado al Consejo Escolar y al ministro de Magia. Mi padre tiene mucha influencia, no sé si lo sabéis. Y una herida duradera como ésta... —Exhaló un suspiro pro­longado pero fingido—. ¿Quién sabe si mi brazo volverá al­gún día a estar como antes?

—¿Así que por eso haces teatro? —dijo Harry, cortán­dole sin querer la cabeza a un ciempiés muerto, ya que la mano le temblaba de furia—. ¿Para ver si consigues que echen a Hagrid?

—Bueno —dijo Malfoy, bajando la voz hasta convertirla en un suspiro—, en parte sí, Potter. Pero hay otras ventajas. Weasley, córtame los ciempiés.

Muchos miraron a Malfoy de mala manera, el que intentara que echaran a Hagrid era algo cruel.

Unos calderos más allá, Neville afrontaba varios proble­mas. Solía perder el control en las clases de Pociones. Era la asignatura que peor se le daba y el miedo que le tenía al pro­fesor Snape empeoraba las cosas. Su poción, que tenía que ser de un verde amarillo brillante, se había convertido en...

—¡Naranja, Longbottom! —exclamó Snape, levantan­do un poco con el cazo y vertiéndolo en el caldero, para que lo viera todo el mundo—. ¡Naranja! Dime, muchacho, ¿hay al­go que pueda penetrar esa gruesa calavera que tienes ahí? ¿No me has oído decir muy claro que se necesitaba sólo un bazo de rata? ¿No he dejado muy claro que no había que echar más que unas gotas de jugo de sanguijuela? ¿Qué ten­go que hacer para que comprendas, Longbottom?

Alice temblaba de furia y, si no fuera porque Frank luchaba por calmarla, se habría lanzado contra Snape. Lo cual no era tan raro, cuando los profesores tratan a sus alumnos como inútiles esos toman esa inutilidad como cierta y su potencial decrece.

Neville estaba colorado y temblaba. Parecía que se iba a echar a llorar.

Frank tragó saliva, luchando por calmarse y no hechizar a Snape.

—Por favor; profesor —dijo Hermione—, puedo ayudar a Neville a arreglarlo...

—No recuerdo haberle pedido que presuma, señorita Granger —dijo Snape fríamente, y Hermione se puso tan co­lorada como Neville

Lily bufó con fuerza, más que molesta.

—. Longbottom, al final de esta clase le daremos unas gotas de esta poción a tu sapo y veremos lo que ocurre. Quizá eso te anime a hacer las cosas correctamente.

—¿Como se le ocurre? —exclamó la profesora McGonagall alterada—. ¡Es la mascota de un alumno! ¡No puede hacer eso!

Snape desvió la mirada.

—Claro —soltó Sirius cabreado—. Cuando estas rodeado de chavales de trece años eres muy valiente, ¿Eh, Snivellus? ¿Pero ahora que? ¿Eh? ¿Donde tienes esa seguridad?

Snape miró de reojo a Sirius con ira.

—Venga, di algo —presionó Sirius—. Dame una excusa para que pueda romperte la boca.

Snape se levantó de golpe y sacó la varita.

—Suficiente —dijo Dumbledore poniendose en pie y mirando a Snape, quien suspiró y volvió a sentarse—. Es suficiente —dijo mirando ahora a Sirius, quien se dejó caer en su asiento con un bufido.

Dumbledore inclinó levemente la cabeza mirando a Molly, dándole a entender que podía continuar leyendo.

Snape se alejó, dejando a Neville sin respiración, a cau­sa del miedo.

—¡Ayúdame! —rogó a Hermione.

—¡Eh, Harry! —dijo Seamus Finnigan, inclinándose para cogerle prestada a Harry la balanza de bronce—. ¿Has oído? El Profeta de esta mañana asegura que han visto a Si­rius Black.

—¿Dónde? —preguntaron con rapidez Harry y Ron. Al otro lado de la mesa, Malfoy levantó la vista para escuchar con atención.

—No muy lejos de aquí —dijo Seamus, que parecía emo­cionado—. Lo ha visto una muggle. Por supuesto, ella no en­tendía realmente. Los muggles piensan que es sólo un cri­minal común y corriente, ¿verdad? El caso es que telefoneó a la línea directa. Pero cuando llegaron los del Ministerio de Magia, ya se había ido.

—No muy lejos de aquí... —repitió Ron, mirando a Harry de forma elocuente. Dio media vuelta y sorprendió a Mal­foy mirando.

—¿Qué, Malfoy? ¿Necesitas que te pele algo más?

Pero a Malfoy le brillaban los ojos de forma malvada y estaban fijos en Harry. Se inclinó sobre la mesa.

—¿Pensando en atrapar a Black tú solo, Potter?

—Exactamente —dijo Harry.

Algunos alzaron una ceja, sorprendidos por la respuesta.

Los finos labios de Malfoy se curvaron en una sonrisa mezquina.

—Desde luego, yo ya habría hecho algo. No estaría en el cole como un chico bueno. Saldría a buscarlo.

James frunció el ceño, ¿A que venía eso?

—¿De qué hablas, Malfoy? —dijo Ron con brusquedad.

—¿No sabes, Potter...? —musitó Malfoy, casi cerrando sus ojos claros.

—¿Saber que? —preguntó Lily algo nerviosa.

Sirus empezó a dar pataditas al suelo, el sabía que cuando James y Lily supieran lo que había ocurrido no le echarían la culpa de nada, y, por extraño que parezca, Sirius quería y no quería eso. El se sentía culpable. Culpable de la muerte de sus amigos. Creía que lo minimo que merecía era que, aunque fuese por unos momentos, sus amigos le mirasen mal, aunque no fuese por la razón original. Por esa razón no iba a contar lo que de verdad había sucedido hasta que el libro lo hiciera.

—¿Qué he de saber?

Malfoy soltó una risa despectiva, apenas audible.

—Tal vez prefieres no arriesgar el cuello —dijo—. Se lo quieres dejar a los dementores, ¿verdad? Pero en tu caso, yo buscaría venganza. Lo cazaría yo mismo.

Ron bufó.

—Serás mentiroso —acusó—. Tu te habrías quedado bien metidito en tu cama esperando a que tu padre hiciese las cosas por ti.

—¿De qué hablas? —le preguntó Harry de mal humor.

En aquel momento, Snape dijo en voz alta:

—Deberíais haber terminado de añadir los ingredien­tes. Esta poción tiene que cocerse antes de que pueda ser ingerida. No os acerquéis mientras está hirviendo. Y luego probaremos la de Longbottom...

Crabbe y Goyle rieron abiertamente al ver a Neville azo­rado y agitando su poción sin parar. Hermione le murmura­ba instrucciones por la comisura de la boca, para que Snape no lo viera. 

Neville le dio las gracias a Hermione con la mirada.

Harry y Ron recogieron los ingredientes no usa­dos, y fueron a lavarse las manos y a lavar los cazos en la pila de piedra que había en el rincón.

—¿Qué ha querido decir Malfoy? —susurró Harry a Ron, colocando las manos bajo el chorro de agua helada que salía de una gárgola—. ¿Por qué tendría que vengarme de Black? Todavía no me ha hecho nada.

—Cosas que inventa —dijo Ron—. Le gustaría que hi­cieras una locura...

Cuando faltaba poco para que terminara la clase, Snape se dirigió con paso firme a Neville, que se encogió de miedo al lado de su caldero.

—Venid todos y poneos en corro —dijo Snape. Los ojos negros le brillaban—. Y ved lo que le sucede al sapo de Long­bottom. Si ha conseguido fabricar una solución para encoger, el sapo se quedará como un renacuajo. Si lo ha hecho mal (de lo que no tengo ninguna duda), el sapo probablemente mori­rá envenenado.

Muchos miraron a Snape de mala manera, molestos con su crueldad.

Los de Gryffindor observaban con aprensión y los de Slytherin con entusiasmo. Snape se puso el sapo Trevor en la palma de la mano izquierda e introdujo una cucharilla en la poción de Neville, que había recuperado el color verde. Echó unas gotas en la garganta de Trevor.

Se hizo un silencio total, mientras Trevor tragaba. Lue­go se oyó un ligero «¡plop!» y el renacuajo Trevor serpenteó en la palma de la mano de Snape. 

—¡Genial! —dijeron muchos, que aun sabiendo que Hermione le había estado diciendo que hacer dudaban que lo hubiese conseguido.

—Bien hecho, Neville —dijo Frank sonriendo abiertamente.

Los de Gryffindor pro­rrumpieron en aplausos. Snape, irritado, sacó una pequeña botella del bolsillo de su toga, echó unas gotas sobre Trevor y éste recobró su tamaño normal.

—Cinco puntos menos para Gryffindor —dijo Snape, bo­rrando la sonrisa de todas las caras—. Le dije que no lo ayu­dara, señorita Granger. Podéis retiraraos.

—Le quita puntos por hacerlo bien —bufó James cabreado.

Harry, Ron y Hermione subieron las escaleras hasta el vestíbulo. Harry todavía meditaba lo que le había dicho Mal­foy, en tanto que Ron estaba furioso por lo de Snape.

—¡Cinco puntos menos para Gryffindor porque la po­ción estaba bien hecha! ¿Por qué no mentiste, Hermione? ¡Deberías haber dicho que lo hizo Neville solo!

Ella no contestó. Ron miró a su alrededor.

—¿Dónde está Hermione?

Harry también se volvió. Estaban en la parte superior de las escaleras, viendo pasar al resto de la clase que se diri­gía al Gran Comedor para almorzar.

—¿Que demonios? —preguntó George frunciendo el ceño.

—Venía detrás de nosotros —dijo Ron, frunciendo el en­trecejo.

Malfoy los adelantó, flanqueado por Crabbe y Goyle. Di­rigió a Harry una sonrisa de suficiencia y desapareció.

—Ahí está —dijo Harry

Hermione jadeaba un poco al subir las escaleras a toda velocidad. Con una mano sujetaba la mochila; con la otra su­jetaba algo que llevaba metido en la túnica.

—¿Cómo lo hiciste? —le preguntó Ron.

—¿El qué? —preguntó a su vez Hermione, reuniéndose con ellos.

—Hace un minuto venías detrás de nosotros y un ins­tante después estabas al pie de las escaleras.

—¿Qué? —Hermione parecía un poco confusa—. ¡Ah, tuve que regresar para coger una cosa! ¡Oh, no...!

En la mochila de Hermione se había abierto una costu­ra. A Harry no le sorprendía; contenía al menos una docena de libros grandes y pesados.

—¿Por qué llevas encima todos esos libros? —le pregun­tó Ron.

—Ya sabes cuántas asignaturas estudio —dijo Hermio­ne casi sin aliento—. ¿No me podrías sujetar éstos?

—Pero... —Ron daba vueltas a los libros que Hermione le había pasado y miraba las tapas—. Hoy no tienes estas asignaturas. Esta tarde sólo hay Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Ya —dijo Hermione, pero volvió a meter todos los li­bros en la mochila, como si no la hubieran comprendido—. 

—Emm... —dijo Fred—. Esto es extraño.

Espero que haya algo bueno para comer. Me muero de ham­bre —añadió, y continuó hacia el Gran Comedor.

—¿No tienes la sensación de que Hermione nos oculta algo? —preguntó Ron a Harry.

—¿No me digas? —preguntó Ginny burlona haciendo que Ron resoplara.





El profesor Lupin no estaba en el aula cuando llegaron a su primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Todos se sentaron, sacaron los libros, las plumas y los pergaminos, y estaban hablando cuando por fin llegó el profesor. Lupin sonrió vagamente y puso su desvencijado maletín en la mesa. Estaba tan desaliñado como siempre, pero parecía más sano que en el tren, como si hubiera tomado unas cuantas comi­das abundantes.

—Buenas tardes —dijo—. ¿Podríais, por favor; meter los libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo ne­cesitaréis las varitas mágicas.

James sonrió.

—Lunático como profesor —dijo riendo—. En serio, aun no me lo creo.

Remus le miró alzando una ceja.

—¿Acaso no soy yo el único responsable entre nosotros? —preguntó.

—No —aseguró Sirius—. Eres el único que prefiere hacer a la gente pensar que es un aburrido a que piensen que eres molón y cañero como yo.

La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogía los libros. Nunca habían tenido una clase práctica de Defen­sa Contra las Artes Oscuras, a menos que se contara la me­morable clase del año anterior, en que el antiguo profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase.

Muchos bufaron al recordarlo.

—Bien —dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo—. Si tenéis la amabilidad de seguirme...

Desconcertados pero con interés, los alumnos se pusie­ron en pie y salieron del aula con el profesor Lupin. Este los condujo a lo largo del desierto corredor. Doblaron una es­quina. Al primero que vieron fue a Peeves el poltergeist, que flotaba boca abajo en medio del aire y tapaba con chicle el ojo de una cerradura. Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Lupin estuvo a medio metro. Entonces sacu­dió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una mo­nótona canción:

—Locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin...

James y Sirius rieron y, por alguna extraña razón, se chocaron los cinco.

Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún respeto por los profesores. Todos miraron de inmediato al profesor Lupin para ver cómo se lo tomaría. Ante su sorpresa, el mencionado seguía sonriendo.

—Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves —dijo amablemente—. El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas.

Filch era el conserje de Hogwarts, un brujo fracasado y de mal genio que estaba en guerra permanente con los alumnos y por supuesto con Peeves. Pero Peeves no prestó atención al profesor Lupin, salvo para soltarle una sonora pedorreta.

El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica.

—Es un hechizo útil y sencillo —dijo a la clase, volvien­do la cabeza—. Por favor; estad atentos.

Alzó la varita a la altura del hombro, dijo ¡Waddiwasi! y apuntó a Peeves.

Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquier­da de Peeves; éste ascendió dando vueltas como en un remo­lino y se alejó como un bólido, zumbando y echando maldi­ciones.

—¡Genial! —dijeron muchos entre divertidos e impresionados.

—¿Como no conocíamos ese hechizo? —le preguntó Fred a George.

—Ahora si que lo conocemos —dijo George sonriendo.

—¡Chachi, profesor! —dijo Dean Thomas, asombrado.

Ron soltó una risita.

—¿Chachi? —preguntó divertido.

—Si. Chachi —repuso Dean.

—Gracias, Dean —respondió el profesor Lupin, guar­dando la varita—. ¿Continuamos?

Se pusieron otra vez en marcha, mirando al desaliñado profesor Lupin con creciente respeto. 

Remus sonrió satisfecho.

Los condujo por otro corredor y se detuvo en la puerta de la sala de profesores.

—Entrad, por favor —dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso.

En la sala de profesores, una estancia larga, con pane­les de madera en las paredes y llena de sillas viejas y dispa­res, no había nadie salvo un profesor. Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta penetra­ba en la sala. Los ojos le brillaban y en la boca tenía una son­risa desagradable. Cuando el profesor Lupin entró y cerró la puerta tras él, dijo Snape:

—Déjela abierta, Lupin. Prefiero no ser testigo de esto. —Se puso de pie y pasó entre los alumnos. Su toga negra on­deaba a su espalda. Ya en la puerta, giró sobre sus talones y dijo—: Posiblemente no le haya avisado nadie, Lupin, pero Neville Longbottom está aquí. Yo le aconsejaría no confiarle nada difícil. A menos que la señorita Granger le esté susu­rrando las instrucciones al oído.

Muchos bufaron, molestos.

Neville se puso colorado. Harry echó a Snape una mira­da fulminante; ya era desagradable que se metiera con Ne­ville en clase, y no digamos delante de otros profesores.

El profesor Lupin había alzado las cejas.

—Tenía la intención de que Neville me ayudara en la primera fase de la operación, y estoy seguro de que lo hará muy bien.

Frank y Alice miraron a Remus tremendamente agradecidos, lo que le faltaba a Neville era alguien que pusiera confianza en el, para que así pudiera liberar todo su potencial.

El rostro de Neville se puso aún más colorado. Snape torció el gesto, pero salió de la sala dando un portazo.

—Ahora —dijo el profesor Lupin llamando la atención del fondo de la clase, donde no había más que un viejo arma­rio en el que los profesores guardaban las togas y túnicas de repuesto. Cuando el profesor Lupin se acercó, el armario tembló de repente, golpeando la pared.

—Boggart —entendió Sirius.

»No hay por qué preocuparse —dijo con tranquilidad el profesor Lupin cuando algunos de los alumnos se echaron ha­cia atrás, alarmados—. Hay un boggart ahí dentro.

Casi todos pensaban que un boggart era algo preocu­pante. Neville dirigió al profesor Lupin una mirada de terror y Seamus Finnigan vio con aprensión moverse el pomo de la puerta.

—A los boggarts les gustan los lugares oscuros y cerra­dos —prosiguió el profesor Lupin—: los roperos, los huecos debajo de las camas, el armario de debajo del fregadero... En una ocasión vi a uno que se había metido en un reloj de pa­red. Se vino aquí ayer por la tarde, y le pregunté al director si se le podía dejar donde estaba, para utilizarlo hoy en una clase de prácticas. La primera pregunta que debemos contes­tar es: ¿qué es un boggart?

—Esperemos tranquilamente a que Hermione levante la mano —dijo Ron recostándose en su silla.

Hermione levantó la mano.

—Así me gusta —dijo Ron recostándose todavía más.

—Es un ser que cambia de forma —dijo—. Puede tomar la forma de aquello que más miedo nos da.

—Yo no lo podría haber explicado mejor —admitió el profesor Lupin, y Hermione se puso radiante de felicidad—. El boggart que está ahí dentro, sumido en la oscuridad, aún no ha adoptado una forma. Todavía no sabe qué es lo que más miedo le da a la persona del otro lado. Nadie sabe qué forma tiene un boggart cuando está solo, pero cuando lo dejemos sa­lir; se convertirá de inmediato en lo que más temamos. Esto significa —prosiguió el profesor Lupin, optando por no hacer caso de los balbuceos de terror de Neville— que ya antes de empezar tenemos una enorme ventaja sobre el boggart. ¿Sa­bes por qué, Harry?

Era difícil responder a una pregunta con Hermione al lado, que no dejaba de ponerse de puntillas, con la mano le­vantada. 

Muchos asintieron y Hermione bajó la cabeza, algo avergonzada.

Pero Harry hizo un intento:

—¿Porque somos muchos y no sabe por qué forma deci­dirse?

—Exacto —dijo James satisfecho.

—Exacto —dijo el profesor Lupin. Y Hermione bajó la mano algo decepcionada

—Oh, vamos, Hermione... —dijo Ron entornando los ojos.

—. Siempre es mejor estar acompa­ñado cuando uno se enfrenta a un boggart, porque se despis­ta. ¿En qué se debería convertir; en un cadáver decapitado o en una babosa carnívora? En cierta ocasión vi que un bog­gart cometía el error de querer asustar a dos personas a la vez y el muy imbécil se convirtió en media babosa. No daba ni gota de miedo. El hechizo para vencer a un boggart es sen­cillo, pero requiere fuerza mental. Lo que sirve para vencer a un boggart es la risa. Lo que tenéis que hacer es obligarle a que adopte una forma que vosotros encontréis cómica. Prac­ticaremos el hechizo primero sin la varita. Repetid conmigo: ¡Riddíkulo!

—¡Riddíkulo! —dijeron todos a la vez.

—Bien —dijo el profesor Lupin—. Muy bien. Pero me temo que esto es lo más fácil. Como veis, la palabra sola no basta. Y aquí es donde entras tú, Neville.

El armario volvió a temblar. Aunque no tanto como Ne­ville, que avanzaba como si se dirigiera a la horca.

—Bien, Neville —prosiguió el profesor Lupin—. Empe­cemos por el principio: ¿qué es lo que más te asusta en el mundo? —Neville movió los labios, pero no dijo nada—. Per­dona, Neville, pero no he entendido lo que has dicho —dijo el profesor Lupin, sin enfadarse.

Neville miró a su alrededor; con ojos despavoridos, como implorando ayuda. Luego dijo en un susurro:

—El profesor Snape.

Frank, Alice y Augusta miraron a Snape de mala manera, enfadados con el por causarle miedo.

Aun así, muchos rieron.

Casi todos se rieron. Incluso Neville se sonrió a modo de disculpa. El profesor Lupin, sin embargo, parecía pen­sativo.

—El profesor Snape... mm... Neville, creo que vives con tu abuela, ¿es verdad?

—¡No! —exclamó Snape mientras se levantaba de golpe—. No, no, no, no, no. ¡Ni se te ocurra, Remus!

Muchos fruncieron el ceño, sin entender esa reacción ante la pregunta de Remus.

—Sí —respondió Neville, nervioso—. Pero no quisiera tampoco que el boggart se convirtiera en ella.

La mayoría rieron, incluida Augusta.

—No, no. No me has comprendido —dijo el profesor Lu­pin, sonriendo—. Lo que quiero saber es si podrías explicar­nos cómo va vestida tu abuela normalmente.

Snape estaba enrojeciendo de manera furiosa mientras muchos comenzaban a comprender.

Neville estaba asustado, pero dijo:

—Bueno, lleva siempre el mismo sombrero: alto, con un buitre disecado encima; y un vestido largo... normalmente verde; y a veces, una bufanda de piel de zorro.

—¡Oh, Merlín, Lunático! ¡Eso tuvo que ser increíble! —dijo James.

—¿Y bolso? —le ayudó el profesor Lupin.

—Sí, un bolso grande y rojo —confirmó Neville.

—¡Quiero verlo, joder! —dijo Sirius algo alterado.

—¡Sirius! —dijo Lily de forma severa—. No digas eso en un lugar lleno de niños. Di jopeta, o jopelines, o algo parecido.

—Bueno, entonces —dijo el profesor Lupin—, ¿puedes recordar claramente ese atuendo, Neville? ¿Eres capaz de verlo mentalmente?

—Sí —dijo Neville, con inseguridad, preguntándose qué pasaría a continuación.

—Cuando el boggart salga de repente de este armario y te vea, Neville, adoptará la forma del profesor Snape —dijo Lupin—. Entonces alzarás la varita, así, y dirás en voz alta: ¡Riddíkulo!, concentrándote en el atuendo de tu abuela. Si todo va bien, el boggart-profesor Snape tendrá que ponerse el sombrero, el vestido verde y el bolso grande y rojo.

Todos rompieron a reír, mientras Snape gruñía, visiblemente enojado.

Hubo una carcajada general. El armario tembló más violentamente.

—Si a Neville le sale bien —añadió el profesor Lupin—, es probable que el boggart vuelva su atención hacia cada uno de nosotros, por turno. Quiero que ahora todos dediquéis un momento a pensar en lo que más miedo os da y en cómo po­dríais convertirlo en algo cómico...

Harry suspiró, probablemente ahora todos sabrían sus miedos.

La sala se quedó en silencio. Harry meditó... ¿qué era lo que más le aterrorizaba en el mundo?

Muchos se tensaron, sabiendo que estaban a punto de invadir la privacidad de una persona, de Harry, pero curiosos sobre todo.

Lo primero que le vino a la mente fue lord Voldemort, un Voldemort que hubiera recuperado su antigua fuerza. Pero antes de haber empezado a planear un posible contraataque contra un boggart-Voldemort, se le apareció una imagen ho­rrible: una mano viscosa, corrompida, que se escondía bajo una capa negra..., una respiración prolongada y ruidosa que salía de una boca oculta... luego un frío tan penetrante que le ahogaba...

Muchos se estremecieron.

Harry se estremeció. Miró a su alrededor, deseando que nadie lo hubiera notado. La mayoría de sus compañeros te­nía los ojos fuertemente cerrados. Ron murmuraba para sí:

—Arrancarle las patas.

—Como no —dijo Molly fulminando a Fred y George con la mirada.

Harry adivinó de qué se trataba. Lo que más miedo le daba a Ron eran las arañas.

—¿Todos preparados? —preguntó el profesor Lupin.

Harry se horrorizó. Él no estaba preparado. Pero no qui­so pedir más tiempo. Todos los demás asentían con la cabeza y se arremangaban.

—Nos vamos a echar todos hacia atrás, Neville —dijo el profesor Lupin—, para dejarte el campo despejado. ¿De acuerdo? Después de ti llamaré al siguiente, para que pase hacia delante... Ahora todos hacia atrás, así Neville podrá tener sitio para enfrentarse a él.

Todos se retiraron, arrimándose a las paredes, y dejaron a Neville solo, frente al armario. Estaba pálido y asustado, pero se había arremangado la túnica y tenía la varita preparada.

—A la de tres, Neville —dijo el profesor Lupin, que apun­taba con la varita al pomo de la puerta del armario—. A la una... a las dos... a las tres... ¡ya!

Algunos se pasaron la lengua por los labios, esperando expectantes.

Un haz de chispas salió de la varita del profesor Lupin y dio en el pomo de la puerta. El armario se abrió de golpe y el profesor Snape salió de él, con su nariz ganchuda y gesto amenazador. Fulminó a Neville con la mirada.

Neville se echó hacia atrás, con la varita en alto, mo­viendo la boca sin pronunciar palabra. Snape se le acercaba, ya estaba a punto de cogerlo por la túnica...

—¡Ri... Riddíkulo! —dijo Neville.

Muchos se echaron hacia delante de manera inconsciente.

Se oyó un chasquido como de látigo. 

Antes de que Molly pudiera seguir leyendo un rayo golpeó a Snape. Hermione se giró hacia el lugar del que provenía el rayo de manera inmediata y se encontró con un hombre alto, enmascarado y pelirrojo que se le hacía extrañamente familiar. Sintió los ojos de el sobre los suyos, y los reconoció de inmediato. Eran inconfundibles. Eran de Ron.

Este, después de dedicarle a Hermione una juguetona sonrisa, desapareció.

Hermione giró la cabeza hacia Snape, pensativa, pero cuando se encontró con este no pudo seguir pensando en el enmascarado. Snape estaba vestido de la misma manera que el boggart. Pero esta vez no era un boggart, era el mismisimo Snape, con un bolso rojo enorme, un sombrero con un buitre y un largo vestido.

Snapetease
(NA: La vi y me encantó xD, luego entrar en la pagina, merece la pena)

Hermione, junto al resto, dejó salir un gemido de sorpresa. Los cuales, como no, fueron rápidamente sustituidos por una enorme y ruidosa cantidad de carcajadas. James y Sirius rodaban literalmente por el suelo, Lily tenía la boca tapada con la mano, intentando contener la incontenible risa. Augusta negaba con la cabeza de forma divertida, esa ropa solo era perfecta para ella, en Snape era increíblemente ridícula.

Snape estaba tan rojo como el bolso que llevaba. Con un rugido de furia lanzó el bolso contra el suelo, pero el fuerte movimiento hizo que perdiera el equilibrio, debido a los tacones, y cayera estrepitosamente contra el suelo. Intentó, con varios intentos, volver a ponerse en pie, lo cual solo aumentaba la risa de los presentes. Todos reían con tanta fuerza que la potente risa de Luna pasaba desapercibida.

Cuando, por fin, Snape pudo ponerse de pie, Sirius no pudo evitar agitar su varita haciendo que volviera a caer.

Ginny estaba completamente roja y le faltaba el aire pero no podía parar de reír.

Entonces aparecieron tres figuras enmascaradas.

—Ya ha sido suficiente, Ron, deshazlo —ordenó la única figura femenina entre los tres presentes.

—¿Que? Pero míralo, es genial —dijo el pelirrojo enmascarado, divertido—. ¿Porque no lo deshaces tu?

—¡Venga ya, Ron, te has pasado un mes desarrollando este estúpido hechizo para este momento! —exclamó la castaña, alterada—. ¡No se como deshacerlo!

—Hermione tiene razón, Ron, creo que ya ha sido suficiente —dijo el otro enmascarado suspirando.

—¡Oh, Harry! ¿Tu también? —se quejó Ron. Los dos enmascarados le miraron de mala manera—. Esta bien, esta bien —agitó su varita y la ropa de Snape volvió a la naturalidad.

Snape, después de soltar un suspiro de alivio y de apretar su ropa con fuerza, para evitar que volviese a desaparecer, observó a los tres enmascarados con odio.

—Lo sentimos, profesor —dijo Harry, antes de sujetar a los otros dos enmascarados y desaparecer.

Todos habían dejado de reír en el momento que aquel trió había aparecido y, ahora que sabían que habían sido Harry, Ron y Hermione, les miraban a ellos.

Harry sonreía con satisfacción al ver como se comportaban sus tres versiones futuras y que su amistad seguía en pie y con mucha fuerza. Sin embargo los pensamientos que tenían en la mente sus dos amigos eran algo diferentes, ambos tenían la misma pregunta en la cabeza, ¿Que habría pasado con su relación?. Harry era el único que sabía que ambos seguían juntos y tenían hijos, pero no quiso revelares esa irrelevante información.

Minutos después Molly decidió que era el momento de seguir leyendo.

Snape tropezó: lle­vaba un vestido largo ribeteado de encaje y un sombrero alto rematado por un buitre apolillado. De su mano pendía un enorme bolso rojo.

Muchos volvieron a reír, recordando el espectáculo de hacía unos minutos.

Hubo una carcajada general. El boggart se detuvo, con­fuso, y el profesor Lupin gritó:

—¡Parvati! ¡Adelante!

Parvati avanzó, con el rostro tenso. Snape se volvió ha­cia ella. Se oyó otro chasquido y en el lugar en que había es­tado Snape apareció una momia cubierta de vendas y con manchas de sangre; había vuelto hacia Parvati su rostro sin ojos, y comenzó a caminar hacia ella, muy despacio, arras­trando los pies y alzando sus brazos rígidos...

—¡Riddíkulo! —gritó Parvati.

Se soltó una de las vendas y la momia se enredó en ella, cayó de bruces y la cabeza salió rodando.

Algunos rieron mientras James y Sirius asentían con aprobación.

—¡Seamus! —gritó el profesor Lupin.

Seamus pasó junto a Parvati como una flecha.

¡Crac! Donde había estado la momia se encontraba aho­ra una mujer de pelo negro tan largo que le llegaba al suelo, con un rostro huesudo de color verde: una banshee. Abrió la boca completamente y un sonido sobrenatural llenó la sala: un prolongado aullido que le puso a Harry los pelos de punta.

—¡Riddíkulo! —gritó Seamus.

La banshee emitió un sonido ronco y se llevó la mano al cuello. Se había quedado afónica.

¡Crac! La banshee se convirtió en una rata que intenta­ba morderse la cola, dando vueltas en círculo; a continua­ción... ¡crac!, se convirtió en una serpiente de cascabel que se deslizaba retorciéndose, y luego... ¡crac!, en un ojo inyectado en sangre.

—¡Está despistado! —gritó Lupin—. ¡Lo estamos lo­grando! ¡Dean!

Dean se adelantó.

¡Crac! El ojo se convirtió en una mano amputada que se dio la vuelta y comenzó a arrastrarse por el suelo como un cangrejo.

—¡Riddíkulo! —gritó Dean.

Se oyó un chasquido y la mano quedó atrapada en una ratonera.

—¡Excelente! ¡Ron, te toca!

Ron se dirigió hacia delante.

¡Crac!

Algunos gritaron. Una araña gigante, de dos metros de altura y cubierta de pelo, se dirigía hacia Ron chascando las pinzas amenazadoramente. Por un momento, Harry pensó que Ron se había quedado petrificado. Pero entonces...

Molly leyó con alivio...

—¡Riddíkulo! —gritó Ron.

Las patas de la araña desaparecieron y el cuerpo empe­zó a rodar. 

—Bien hecho —dijo Arthur sonriendo.

Lavender Brown dio un grito y se apartó de su ca­mino a toda prisa. El cuerpo de la araña fue a detenerse a los pies de Harry. Alzó la varita, pero...

—¡Aquí! —gritó el profesor Lupin de pronto, avanzando rápido hacia la araña.

Lily suspiró aliviada, Remus no iba a dejar a Harry enfrentarse al boggart.

¡Crac!

La araña sin patas había desaparecido. Durante un se­gundo todos miraron a su alrededor con los ojos bien abier­tos, buscándola. Entonces vieron una esfera de un blanco plateado que flotaba en el aire, delante de Lupin, que dijo ¡Riddíkulo! casi con desgana.

La mayoría, que ya sabían del la licantropía de Remus, tragaron saliva.

¡Crac!

—¡Adelante, Neville, y termina con él! —dijo Lupin cuan­do el boggart cayó al suelo en forma de cucaracha. ¡Crac! Allí estaba de nuevo Snape. Esta vez, Neville avanzó con decisión.

—¡Riddíkulo! —gritó, y durante una fracción de segun­do vislumbraron a Snape vestido de abuela, antes de que Neville emitiera una sonora carcajada y el boggart estallara en mil volutas de humo y desapareciera.

—¡Bien hecho, Neville! —le dijo Augusta satisfecha y Neville sonrió abiertamente.

—¡Muy bien! —gritó el profesor Lupin mientras la clase prorrumpía en aplausos—. Muy bien, Neville. Todos lo habéis hecho muy bien. Veamos... cinco puntos para Gryffin­dor por cada uno de los que se han enfrentado al boggart... Diez por Neville, porque lo hizo dos veces. Y cinco por Her­mione y otros cinco por Harry.

—Pero yo no he intervenido —dijo Harry.

—Tú y Hermione contestasteis correctamente a mis preguntas al comienzo de la clase —dijo Lupin sin darle im­portancia—. Muy bien todo el mundo. Ha sido una clase es­tupenda. Como deberes, vais a tener que leer la lección sobre los boggart y hacerme un resumen. Me lo entregaréis el lu­nes. Eso es todo.

Los alumnos abandonaron entusiasmados la sala de profesores. Harry, sin embargo, no estaba contento. El profe­sor Lupin le había impedido deliberadamente que se enfrentara al boggart. ¿Por qué? ¿Era porque había visto a Harry desmayarse en el tren y pensó que no sería capaz? ¿Había pensado que Harry se volvería a desmayar?

Pero nadie más se había dado cuenta.

—¿Habéis visto cómo he podido con la banshee? —decía Seamus.

—¿Y la mano? —dijo Dean, imitándola con la suya.

—¿Y Snape con el sombrero?

—¿Y mi momia?

—Me pregunto por qué al profesor Lupin le dan miedo las bolas de cristal —preguntó Lavender.

—Ha sido la mejor clase de Defensa Contra las Artes Oscuras que hemos tenido. ¿No es verdad? —dijo Ron, emo­cionado, mientras regresaban al aula para coger las mochilas.

—Sin lugar a dudas —dijeron muchos.

—Parece un profesor muy bueno —dijo Hermione—. Pero me habría gustado haberme enfrentado al boggart yo también.

—¿En qué se habría convertido el boggart? —le pregun­tó Ron, burlándose—, ¿en un trabajo de clase en el que sólo te pusieran un nueve?

Muchos rieron mientras Molly alzaba la vista del libro para lanzarle a su hijo una mirada desaprobadora.

—Bueno, aquí acaba —anunció Molly.

—Yo leeré —dijo Augusta poniéndose en pie para coger el libro.

Alice, ahora que Augusta había dejado libre su asiento original, fue a levantarse para sentarse ahí y no molestar a Frank pero este le pasó los brazos por la cintura, manteniendola sobre sus piernas.

La huida de la señora gorda —leyó Augusta con el ceño fruncido.



18 comentarios :

  1. jajajajaj este capitulo siempre me ha encantado
    le doy gracias a ron por ese hechizo lastima que pueda utilizarlo en algunos de mis profes :(

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  2. Hello Dait! ^^ Ya pensaba que no actualizarías hoy xD Pero ha merecido la pena la espera, son las 12 y cuarto de la noche y estoy conteniendo la risa para no despertar a nadie xD La escena del boggart-snape siempre ha sido y será una de mis favoritas, y que el trío venga del futuro para ponerle el disfraz al snape real me ha matado de risa xD Ron ha creado un hechizo que hermione no sabe deshacer!! El fin del mundo debe estar llegando (?)
    Me ha gustado mucho el capítulo ^^ y sí, me debes respeto, nunca te han dicho eso de "debes respetar a tus mayores"? Pues eso xD Me conformo con un paquete de cinco, me lo envías por correo o por lechuza? :D Y yo siempre he pensado que cuando lees una historia ves cosas que incluso el autor no había visto. La verdad es que sí que es increíble ^^
    Hasta el martes! :3 LaurieAngel

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  3. Pues al final si te he podido comentar hoy jajaj
    Respondiendo a tu pregunta: no, no era yo porque nunca he jugado a ningun juego de rol a parte de holy-war, habra muchisimas chicas con el mismo nombre jajajaj. Mucha casualidad tendria que ser.

    La verdad es que tengo pensado apuntarme al paro y haber si me ofrecen hacer algun curso, por mucho que me gusta leer no puedo tirarme un año sin hacer nada, me muero del asco en mi casa jajajaj soy un poco imperactiva y me gusta hacer cosas (para mii leer es estar haciendo el vago aunque muchos lo consideran hacer algo jajajaj, como siempre estoy leyendo ya encuentro pocos fics acabados que me interesen que no haya leido ya).

    Bueno, del capitulo ya no se que decirte jajaj, supongo que me repetire como un loro: me ha encantado, ¡sigue asi!
    La verdad es que cuando volvia en el tren y he mirado el blog para ir leyendomelo por el camino y he visto que no lo habias subido me he asustado, pero he supuesto que en alguna ocasion te puede surgir algo urgente y no pasa nada porque te retrases un dia.
    Me gusta eso de que no quieras incumplir tu palabra, pero si te surge algo muy importante (no como una comida, si no como alguien teniendo pobremas o algo asi) no pasa nada porque te retrases. Al no hacerlo porque si, si no por una causa mayor, no estarias incumpliendo tu palabra. Solo retrasarias el momento y al explicarlo te entenderiamos.

    Bueno, voy a dejarlo ya que empiezo a desvariar jajajajaj.
    Espero que nos leamos pronto (:

    ¡Buen fin de semana!
    Saludos.

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  4. Holaaaa dait :3
    El capitulo a sido demasiado jajajjajajaja ron del futuro convirtiendo la ropa de severus jajjajajja :") me ha matado, se me han quedado viendo raro porque no dejaba de reír mientras veía el celu.
    Ese ron! Cuanto orgullo :"3 se ha pasado un mes creando el hechizo, nisiquiera hermione puede revertirlo! \^°^/ jamás crei que llegaría este día :')
    Y la verdad es que snape si que lo merecía, trata tan mal a los alumnos que no debería ser profesor. En verdad, si yo hubiera un profesor así también estaría intimidada.
    Este a sido uno de mis capítulos favoritos de toda mi vida, y tus comentarios lo han vuelvo aún mas gracioso, no creí que eso fuera posible. Te idolatró ;)
    Siempre me ha dado risa que peeves no respete a remus, aunque se entiende dado que remus es un merodeador :p
    Me va a matar cuando se den cuenta del boggart de hermione :) su peor miedo a los trece años era tan .... No tengo palabras.
    Siempre me dio un poco que pena/cólera que harry no se hubiera enfrentado al boggart, pero remus tenia toda la razón del mundo al no dejar que se enfrente a el, te imaginas como hubieran gritado todos si lord voldemort se hubiera parado en medio de la sala de profesores, hubiera pagado por ver sus expresiones.
    Aparte quería disculparme por no haber estado dejando reviews últimamente :( los exámenes me absorbieron enserio.
    Así que dejó un pequeñisimo comentario aquí,
    Los capítulos van cada vez mejorando :)
    La verdad me.gustaría que James o sirius o lily o quien sea le preguntaran a remus porque no le contó a harry casi nada, al menos no hasta el final (y porque no mantuvo la relación, aun no me olvido que harry estaba esperando al menos una carta de el en sexto año y esta jamas llego), jamás entendí porque jk no hizo la relación de harry y remus un poco mas cercana o algo, bueno lo hizo padrino de teddy pero aún así me parece que estaba muy lejano.
    Sirius esta todo tenso, que fácil le da un paro. Ya quiero que lo descubran todo los Potters :( pero falta tanto para eso TnT
    Y cuando lean la reacción de harry a los dementores, ya sufrieron bastante con lo que han leído, y todavía no llegan a la peor parte :(
    Bueno, nos leemos el martes :D
    Este capítulo lo ha sido todo TuT
    Chauu
    PD: QUIERO DRAMA! la exijo, este libro la merece.
    PD2: quiero a severus, y creo que lo que le hizo ron es un castigo bastante bueno, pero aun me parece que hace falta un poco de humillación publica. Para que escarmiente.
    Midnight027 :3

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  5. Hola hola!!
    Ya había escrito mi comentario y me había explayado mucho y esta cosa me lo borro y no se publicó :'(

    Bueno resumiendo, me estaba muriendo de risa hasta hace un momento de mi comentario XD y me encanto el capítulo, este es uno de mis favorito y ps con la imagen y lo que le hicieron a Snape jajaja fue super divertido y se me hace muchísimo tiempo esperar hasta el martes pero bueno aquí seguiré =)

    Jaja bueno me despido cuidate y saluditos también a tu hermanito vale n_n

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  6. Buenísimo, ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja, snape tendrá un trauma de por vida, espero que James y lili no crean las mentiras de que sirius es un traidor, no puedo esperar al martes, narcisa (por la constelación de narciso) draco (por drako) sirius orion (ya entiendes) en serio las familias sangre pura no saben distinguir un nombre decente ni que un hombre lobo les mordiera el trasero.

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  7. Eres superior guai!!!!! Me e preguntado que harás con respecto a una cho super creída pues se sabrá que harry se enamoró de ella a los 13, además ginny se sentirá malita por eso, mi deseo es que los dursley y lusius malfoy sufran, deberías leer percy jackson es mi segunda saga favorita.

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  8. Quiubo Dait! Esa imagen de Snape me mato no pare de reír como hasta por 2 minutos, me encanto que hicieras aparecer a el trio en el pasado... Ya me di cuenta que te gusta hacer sufrir a los pobres del pasado acerca de su vida amorosa en el futuro, primero lo de Ginny y Harry encontrándose (Que por cierto no has dicho nada sobre si Harry va a descubrir por lógica o no como que Ginny era la persona que estaba con el y por la que se hizo el chichón en la cabeza) y ahora la llegada de Ron, Harry y Hermione, pero todo eso hace al Fanfic suculento, los buenos Fanfic y los buenos libros contienen un poco de sufrimiento (HE DICHI POCO, AHORA NO NOS PONGAS A LLORAR A MARES COMO CUANDO JK MATO A DOBBY ;-;)
    PD: No se si te leí la mente o algo pero les di el beso a mis amigas tal y como lo pensabas, es que me encata joderlas, sea lo que sea así que las cogi desprevenidas y les bese la mejilla y ellas estaban con cara de: WTF o.O y dije: de parte de Dait. Y quedaron confusas al principio pero luego se acordaron y me dijeron: Bueno, dile a Dait que gracias y que deje de joder que por él estas mas intensa e inaguantable y mamona que nunca e.e
    PD2: Lo se, mis amigas me quieren tanto...

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  9. Hola!
    Ya te habías tardado xD... Entiendo eso de que no sabes ni como estar con los parientes...
    No me suelo llevar bien con los dulces u.u Y aparte yo solo se hacer espagueti (mi comida favorita xD)
    Era enserio lo de Snape amable? (muy gracioso!)
    Morí con lo que le paso al pobre Snape, muy bueno!... Ok no morí pero me reí fuerte y se me quedaron viendo raro, asi como de ¿A esta loca que le pasa? xD
    Te quería preguntar... ¿Que genero de anime te gusta mas? Y ¿Cual es tu postre favorito?...
    Atte: Black Rose
    PD: Mi postre favorito es el paste imposible xD
    PD2: Mi genero favorito es...

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  10. Hola Dait
    Es la primera vez que dejo un comentario, pero llevo leyendo tus fics, al menos los de la lectura de libros, desde FanFiction. Me gustan mucho, eres muy gracioso. Espero con muchas ansias las actualizaciones, me hacen muy feliz. Aquí son las 21:14 hrs, así que por lo que a mi respecta, en mi país haz subido el capítulo muy a tiempo.
    Saludos, y espero el siguiente con ansias.

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  11. Jaajajjajakaakja *rueda por el piso* toma eso Snivellus muajajajajjaj hay ya me encantaba imaginarlo pero la foto q pusiste jajaaj no puedo parar de reir xD
    Ron a hecho un hechizo q Herms no conoce... ES EL FIN DEL MUNDO NADIE ESTA ASALVO!!!
    *se esconde bajo la cama* oh no *se para, busca sus ahorros y va a la tienda mas cercana* todo el dinero de chocolate RAPIDO *le dan e chocolate y vuelve a esconderse bajo la cama**
    FELIZ FIN DEL MUNDO Y QUE LA SUERTE ESTE DE SU PARTE!!

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  12. Mw encanto! Y ese plus de traer al trio del futuro y el encuentro de miradas entre ron y hermione me maato.

    Te queria decir, creo que soy un poco (mucho) tont porque no he logrado que me llegue el aviso de cuando publicas D=

    AnGeeC

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  13. jjajajajja me ha encantado la foto de Snape!!! sencillamente increíble :))
    lo de traer al trío desde el futuro ha sido perfecto. el intercambio de miradas y la sonrisa de Ron a Hermione son geniales:D
    besos, nuria

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  14. gran capitulo; ha estado muy entretenido. La broma ha sido genial, pero se ha excedido un poco en mi opinión. sigue asi

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  15. Bien, la compu Borro mi comentario -.- asi que tratare de repetirlo, lamento demaciadicimo no haber comentado en estos ultimos capitulos, no tengo perdon, falte a mi deber como gran fan tuyo, aunque seguro ni lo notaste, lo siento demaciadicimo, aunque que no haya comentado no significa que no te lea, pero es que mi celular es un asco para comentar en blogs asi que hasta ahora pude hacerlo en compu, y tambien eh estado muy atareada con la escuela muggle, ok esto no le importa a nadie asi que comentare el cap en si,
    Como es mi libro favorito todos los caps me parecen en si hermosos, amo este en particular por los boggarts de cada uno, ya quiero que empiezen las clases particulares de Harry para el patronus, pobre Remus la toman con el por ser profesor, uno muy bueno por sierto, Me parece delicioso James, okno XD me parece delicioso que James no dude de Sirius, eso si es amistad, XDD me rei como foca con el boggart de Neville, el Ron futurista fue un genio XDDD me encanta que aparesca el trio futurista aunque sea solo un ratito, seria estupendo que se quedaran ellos a la lectura, me encantaria pero eso es decision de tu malvada y hermosa mente,ya quiero que lleguen a la parte de el partido del dementor, no se porque pero me gusta :*) creo que hay es donde harry se da cuenta que lo que oye es a su madre T.T aunque no me acuerdo bien, tambien quiero saber como reaccionaran al saber que el mayor temor de Harry es el propio miedo,
    bueno espero al martes, comentare si puedo, y si no puedo pues me disculpo desde ya,
    sigue siento como eres, ser unico es lo que te hace especial, tu fic va cuesta arriba, eres estupendo

    Besos

    Lunatica-obsecionada

    P.D no pude evitar leer que escuchas la rosa de los vientos, es una cancion hermosa, la amo asi que, ya sabemos otra cosa de ti, que tienes un gran gusto para la musica.... y que sabes hacer postres XD

    P.D2 En que se convertiria tu boggart? tengo esa curiosidad.

    P.D3 aunque casi medio mundo te lo dijera y es posible que ya estes super fastidiado te informare que las alertas con correo no llegan, no soy mensa, bueno no mucho XD, y ya me suscribi pero siguen sin llegar, hasta probe con otro correo pero buee, solo decia.

    P.D4. MI IDENTIDAD A SIDO REVELADA, bueno solo dire que Maria Núñez no es mi verdadero verdadero nombre.. bueno tal vez un poco.

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  16. Eh tío me llamo Francisco Bonini soy de Uruguay me encanta el fic me gusta mucho Harry Potter lo leo desde pequeño(tengo 15 soy pequeño aun) había leído muchos fics, me gusta mucho la historia merodeadora y que estén todos me encanta nunca había comentado pero eres un genio tenía que hacerlo saludos desde aquí espero que contestes adiooos,
    PD:tienes futuro de escritor mucha suerte

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  17. brujaflu :
    jajaja que cap mas gracioso te salio re bien ...pd: si pudieras transformarte en animago que forma tomarías

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  18. marianaPotterWeasley6 de octubre de 2014, 5:55

    Me ha encantado este capitulo!!!! En serio, amo cuando los personajes del futuro van al pasado. Recuerdo que cuando leí por primera vez Harry Potter y el Prisionero de Azkaban casi me muero de la risa en este capitulo, y hoy en día sigo sin superarlo. Gracias por actualizar!!!!

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