viernes, 20 de noviembre de 2015

FIN(ite incantatem)


Supongo que tuve que haberlo imaginado desde el principio, quiero decir, ¡son siete libros! es bastante lógico que nadie haya podido escribirlos todos.

Si, se que dije que lo acabaría, pero bueno, errar es humano y, al parecer, yo no soy ninguna clase de dios superpoderoso (si lo fuera crearía otro yo solo para continuar con el fic).

Lo primero que me vino a la cabeza fue ¡borra el blog y tu cuenta de fanfiction! Y, posiblemente, hubiera sido más eficaz y mucho más fácil, pero creo que os merecéis, por lo menos, una explicación.

No tengo tiempo para actualizar a diario, no tengo tiempo para escribir todos los días, y tengo muchas otras cosas en la cabeza aparte de Harry Potter. Eso causa que, cada vez que me siento a escribir, no tenga ni la más remota idea de lo que ocurrió en el último capitulo (y eso que lo escribí yo). Y con el tiempo eso se acumula, no me acuerdo de muchísimas cosas de la historia y, supongo que por eso, se ha quedado bastante estancada.

Siempre había pensado que este tipo de historias eran abandonadas porque avanzaban con las relaciones de las personas demasiado pronto. Ya sabéis, juntarles a todos en los primeros tres capítulos, ¿y en el resto que? Pues eso, pensaba que se aburrían cuando no les quedaba que escribir y por eso lo dejaban. Pero no es así (por lo menos no en todos los casos). Si cogéis la cantidad de letras escritas por mi de la primera parte del fic y la comparáis con la cantidad de letras del primer libro veréis que ¡son casi las mismas! Y de forma similar ocurre con el resto. Es una locura.

Supongo que podría alargar la historia un poco más, pero apenas he terminado los libros pequeñitos, y aún me quedan cuatro, así que no le veo sentido. Me guste o no, no sería capaz de terminarlo.

Eso es todo, supongo. No voy a asegurar que no vaya a seguir con esto (he perdido mi bola de cristal), pero dudo mucho que lo haga.

Espero que alguno de vosotros se quede con esa sensación de "¡Mierda, otra más que dejan abandonada! ¿Por que siempre igual? ¡Ya está bien! ¡Yo escribiré una!". Y ojala la escriba. Y ojala la termine. Y ojala yo pueda leerla.

Pues eso, dulces caballeros y valientes damas, que me alegro mucho de haber escrito todo lo que he escrito, de haber intentado lo que he intentado, y de haberos tenido a vosotros animándome por el camino.

Tenéis ahí abajo un pequeño cajón para depositar todos vuestros variados insultos, quejas y otros comentarios.

Aparte, os dejo aquí mi numero de bóveda de Gringotts para que me donéis vuestros ahorros: 904

En fin, thanks for all.

domingo, 15 de noviembre de 2015

La llegada de Cedric


- ¿A donde vas, Harry Potter?
- Al bus, Dumbledore.

Perdón, perdón, es que es tan malo que es buenísimo.

Ah, antes de que os enfadéis, lo de hoy no cuenta como capítulo. Estoy SECO. De hecho nunca me había pasado antes, a veces tenía más o menos ideas, mejores y peores, pero ¿ninguna? ¿en serio? Ayer empecé a escribir y no se me ocurría nada, hoy lo he vuelto a intentar y, bueno, lo que os digo, que estoy seco.

Después de todo esto no veía viable el no escribir nada así que, en fin, son cuatro o cinco lineas, pero supongo que es mejor que nada.

PD: ¿Debería recordarle a alguien que esto lo escribo porque me da la gana y que no gano absolutamente nada con ello o ya somos lo suficientemente mayorcitos como para saberlo? ^^

Todos los personajes y los fragmentos del libro original pertenecen a J.K. Rowling.

LA LLEGADA DE CEDRIC

—Vamos, ve con el —dijo una voz muy cerca de su oído.

Pero Cho no sabía como reaccionar. A tan solo varios metros de ella estaba el. Cedric Diggory. Acompañado de su padre y rodeado por todos sus compañeros. ¿Que era todo esto? ¿Alguna clase de broma de mal gusto? Bueno, los padres de Harry estaban aquí así que... ¿Por que no Cedric? Pero espera, ¿eso iba a significar que, como los padres de Harry, iba a tener Cedric que volver y dejarse matar? Esos y muchos más eran los pensamientos que cruzaban la mente de la joven Ravenclaw mientras esta apenas pestañeaba.

—¡Cho! ¡Esta mirando hacia aquí! ¡Acercate a el de una vez! —le insistió Marietta, su mejor amiga, otra vez.

Cho se dio cuenta en ese momento de que, en efecto, un sonriente Cedric agitaba su mano en su dirección. Tragó saliva. Iba a desmoronarse, y cuando eso pasase se pondría a llorar como un grifo otra vez. Delante de Cedric. ¿De verdad quería que eso pasase?

—¡Venga! ¡Venga! —volvió a insistir Marietta mientras le daba disimulados empujones.

Cho suspiró, ella también quería acercarse a Cedric, pero no era tan fácil. Su mente estaba hecha un lió. ¿Que pensaría Cedric sobre su relación actual? Últimamente había estado pensando demasiado en Harry. Se sentía culpable. Volvió a suspirar y se puso en pie. Ya no había vuelta atrás.

Mientras caminaba hacia Cedric alguien le sujetó de la túnica.

—Si vas a hablar con el ni se te ocurra llorar —le advirtió la repelente voz de Hermione Granger—. No sabemos si el esta al tanto de su muerte, y, si los que le han traído no se lo han hecho saber, no creo que debas llorar y hacerselo ver.

Por muy molesta que pudiese resultar, estaba en lo correcto, como siempre. Cho tragó saliva y, haciéndose a la idea de que iba a tener que ser fuerte y contener sus lagrimas más de lo que nunca lo había hecho.

—Hola, Cedric.

.

—Harry... ¿Estas seguro de que has hecho bien trayendolo? —le preguntó Hermione, quien seguía sin estar convencida de que todo esto haya sido una buena idea—. No sabemos si cuando vuelva se dejará... asesinar.

Harry cogió aire.

—Bien, porque no quiero que lo haga.

—¿Que?

—Lo que oyes. El no tuvo porque morir Hermione, Voldemort me quería a mi, el que Cedric muriese fue totalmente innecesario ¡y por eso aunque cambiemos ese hecho la historia no cambiará!

—¡No puedes jugar a ser dios, Harry! ¡No puedes dedicarte a cambiar lo ocurrido!

—Bueno, pues eso justamente lo que estamos haciendo ¿no? Sabes perfectamente que Cedric no tenía que morir.

—Tampoco Sirius.

—¡Y eso también vamos a cambiarlo! ¡No voy a permitir que nadie muera esta vez! Solo Voldemort.

—¿Vas a dejar a Bellatrix viva? —

—¡Oh! Me olvidaba de ella —dijo Harry mientras golpeaba su puño derecho contra su mano—. Ella también debe morir.

—¿Ves? Eso es precisamente a lo que yo llamo "jugar a ser dios", no deberías hacer eso, Harry —le dijo Hermione con sabiduría—. Y si lo que quieres es simplemente matar a Voldemort ¿por que no vas directamente? ¿para que todo esto de los libros?

—Lo sabes perfectamente, Hermione. Hay un horrocrux dentro de Harry, no de mi, dentro del Harry de este tiempo. Por eso quería que supiese todo esto, fue Ginny la que inistió en que el resto también lo supiese y, en fin, ¿que más da? Cuando lo sepan solo tendremos que dejar que Voldemort me mate y luego matarle yo a el. Luego volveremos al futuro, pero a uno donde Fred, Sirius, Lupin, Tonks, Hedwig... ¡todos estarían vivos! Podemos hacerlo, Hermione. Podemos. Y vamos a hacerlo. Es una causa por la que merece sufrir las consecuencias.

Hermione suspiró. Sonaba tan bonito un mundo como aquel que no podía ser real, pero Harry tenía razón, tenían la posibilidad, así que debían luchar por ello.

.

—Sigo sin creerme que estoy en el futuro —repitió Cedric—. ¡Y mira lo guapa que estás!

—¿Insinúas que antes no lo estaba? —bromeó Cho quien, a pesar de lo feliz que estaba, se sentía culpable por comportarse así con Cedric cuando, ayer mismo, había estado intentando besar a Harry. Bueno, de hecho había llegado a besarle... ¡Pero esto no era por ella! La misma Hermione había dicho que se comportase como lo había estado haciendo antes de que Cedric muriese, ¿o no había dicho eso? Maldición, era todo tan complicado, ¿por que no podía simplemente decirle todo lo que había pasado? Cedric entendería. Probablemente.

—Bien, bien, bien —dijo el director en voz alta y de forma visiblemente alegre—. Ahora que estamos todos otra vez, ¿seguimos con la lectura? ¡Diggory! ¿le apetece leer?

—Por supuesto —afirmó el padre de Cedric levantándose y caminando hacia Dumbledore.

Cedric parpadeó, estaba bastante seguro de que Dumbledore se estaba refiriendo a el pero, en fin, su padre parecía bastante más interesado en leer que el.

—El traslador —leyó Amos en con cierta emoción.


Bienvenidos al final del capítulo más corto de la historia. Estoy algo decepcionado conmigo mismo pero en fin, no es el fin del mundo.

Saludos a todos los que sigais sin odiarme y... ¡que narices! también a los que me odiéis. Algo tan tonto como eso no va a impedirme poder saludaros ¡sufrid y recibid mi saludo! Muahahahahaha.

En fin, con eso y un bizcocho hasta el viernes hasta las uno cero cero cero (nop, en binario no rima).







sábado, 7 de noviembre de 2015

Tranquis, estoy bien.


SALUDO:

Veamos... Digamos que esto será un pequeño libro que constará de.... ¿tres capítulos? Vale. En ese caso este sería tanto el <Saludo> (¿Hola?) como el <Indice>:

-Saludo...............................................................................................................................Pág. 1
-Razones.............................................................................................................................Pág. 1
-Futuro................................................................................................................................Pág. 1 


RAZONES:

Bueno, ahora me toca explicaros a que se ha debido esta "desaparición".

El jueves de hace dos semanas iban a operarme. Pero a operarme de una tontería. Una tontería tan tonta que ni me moleste en buscar información sobre ella antes de operarme. Claro que, antes de firmar, leí el papelito, y todas esas poco probables pero aún así posibles causas de muerte me revolvieron un poco el estomago, pero seguía bastante tranquilo (¿como iba a morir el grandioso dátil en una simple operación muggle?). La espera en la sala de espera (valga la redundancia) fue bastante amena pues dos ancianos (que estaban esperando a su hijo) estuvieron contándome que le había pasado a este, que le estaban haciendo y que, por supuesto, no iba a tener inconvenientes. Eso me hizo distraerme un poco (cuando le doy muchas vueltas a las cosas me acabo volviendo loco). Y, al final, me tocó entrar.

Mi madre, como de costumbre, le preguntó al doctor si podía entrar conmigo y la respuesta de este fue tan borde que me dio bastante miedo tener que dejar mi cuerpecito en sus manos. Aún así, no tuve otra opción más que entrar. Dos enfermeras me esperaban dentro, una bastante mayor muy comprensiva que pensaba que estaba muy asustado e intentaba calmarme y otra bastante joven y con cierto atractivo (el justo para llegar a la tonta conclusión de: ¡no seas tan tonto como para quejarte de nada!). En fin, una vez tuve bolsitas en la cabeza y en los zapatos, me tumbaron y me cubrieron con un plástico.

Anestesia.

Anestesia. Este debería ser otro capitulo entero. La anestesia.

Mi (con todo el respeto del mundo) estúpido cuerpo siempre ha intentado resistirse a la anestesia. Cuando voy a hacerme un empaste, por ejemplo, tienen que acabar dándome una doble dosis. En la operación, consciente de lo que podría suponer no estar bien anestesiado, le explique esto al doctor. El cual, tan borde como antes me dijo algo como "si, si..." y me pincho varias veces con las super agujas.

Bueno, ahora solo queda esperar a que haga efecto...

Ja.

¿Esperar? Eso no es de hombres. Por lo menos no para el Doctor Bordelix, que después de pincharme soltó un "empecemos" y las dos enfermeras se encargaron de cubrirme la vista para que no vea más allá de mis pequeños pezones  y de acercarle los instrumentos necesarios (los cuales pasaron frente a mis ojos y no pude evitar ver, o tal vez si pude haberlo hecho y no quise, ¿que mas da?).

La anestesia funcionaba a medias. Por suerte, sentía poco, pero algo ardía. Y mucho. O esa era la sensación que tenía. Buscando que mi (con todo el respeto del mundo) estúpida mente no se pusiera a divagar en todas las posibles cosas que podrían estar haciéndome en ese momento, decidí pensar en otras cosas.

Maldita anestesia local. Eso era lo que pensaba. Maldita anestesia loca. ¿No podían dormirme? Sentía mi sangre hervir, pero no era a causa de mis pensamientos. Aún así, si que estaba bastante tenso, y la enfermera mayor y comprensiva lo notó, así que vino a distraerme. Se ve que no era demasiado hábil con eso porque todas las preguntas que me hacía precisaban de respuestas cortas. "Te pareces mucho a tu madre ¿no?" "Si, nos lo dicen mucho". Aún así, ver que en esa cruenta batalla había alguien de mi lado ayudaba mucho (¡Gracias enfermera mayor y comprensiva!).

La enfermera, claro esta, no podía estar todo el rato perdiendo el tiempo, así que volvió a su labor. Me hacía mucha gracia ver la cara que ponía cuando miraba lo que me estaban haciendo y la que intentaba poner cuando me miraba para decirme que todo iba bien.

Antes de que me diera cuenta, deje de sentir. Con las ventajas y desventajas que eso conllevaba. Supongo que soy uno de esos estúpidos amantes de esa cosa inexistente que les gusta llamar "control" y, si no tienes control de tu propio cuerpo ¿que vas a controlar?.

En fin, creo que ya he contado muchas estupideces. Resumamoslo todo. Digamos que, por causas que no estaban bajo mi control, tuve que pasar una semana sin levantarme, sin toser y sin reír. Lo único que podía hacer (aparte de dar lamentable pena a todos los que venían a visitarme) era leer. De vuelta a las andadas. ¿Cuanto tiempo había pasado desde la última vez que había estado leyendo sin parar día tras día? En fin, supongo que este es el lado positivo de la historia. Mi madre me regalo el primer libro de Canción de Hielo y Fuego y el primero de The Maze Runner (que, aunque hubiera preferido dos libros de una sola saga, le estuve muy agradecido). También me trajo los dos libros que más he leido a lo largo de mi vida. Harry Potter y el misterio del príncipe y el último de las memorias de idhun. En realidad también me había traído el tercero de los juegos del hambre, pero no me apetecía volver a ver morir a... Vale, no hago spoiler.

En fin. El caso es que no pude moverme en una semana y, aunque la siguiente semana en teoría se que podría... No pude. El caso es que una vez en casa mi abuela vino. Mi madre trabaja y mi abuela (que siempre se preocupa demasiado) estaba con el "¡Pero como va a estar el pobre chiquirritin solo en casa! Mira, ya voy yo y me encargo de achucharlo hasta que no pueda respirar." (gracias abuelita).

El jueves pasado celebré las dos semanas (sip, batido). Hoy se marcha mi abuela de nuevo a su país (gracias por las doce horas de vuelo). Vale, no vive en otro país, pero si que vive a dos horas de aquí.

El caso es que he leído esta mañana todos vuestros comentarios, y al ver a tanta gente preocupada he pensado que, para el que le interese, mejor contarle todo esto que un simple "He sido operado. No he podido escribir".

En fin, he perdido exámenes que los algunos profes no van a repetirme (así que toca ir a las recuperaciones como si hubiera suspendido sin que me dejen suspender primero). No he entregado trabajos que por día de retraso te descuentan 0,1 a no ser que marque la diferencia entre un suspenso y un aprobado (Me ponen cosas como estas y luego se quejan de que no me esfuerzo ¿para que iba a hacerlo?).

De nuevo voy de liana a liana [¡Nueva expresión desbloqueada!]. Pues eso, que me enrollo, que no he podido escribir.


FUTURO:

No voy a asegurar (que imaginar que me atropellan mañana) pero si voy a deciros que intentaré actualizar la semana que viene. Una vez tenga todo en orden (así que igual es un sábado en vez de un viernes). Si por cualquier razón no puedo avisaré.

PD: Quiero pizza.

PPD: Tal vez no actualice nunca más para no escribir sobre Cedric.

PPPD: O tal vez escriba solo para cumplir con el ciclo de la vida (ya sabéis, uno muere y se transforma en un vampiro que brilla en la oscuridad ¡¡Por solo 9,99€!! [pilas no incluidas])

Pues eso, que nos vemos la semana que viene. Que tengáis un finde lleno de pizza y diversión.