Ron no termina de cenar
¡Hi again!
¿Cuanto tiempo desde el último capitulo no?
Como me aburro voy a contaros algo, antes de volver a escribir me leí algunos de los capítulos del fic, para eso de ponerme en situación y todo eso, y la verdad es que estoy bastante satisfecho con el resultado. Leyendo el capitulo de ¡SALLY! me lo he pasado genial, creo que, sin duda, ha sido uno de los capítulos que mas me ha gustado escribir. La gente del futuro, Harry de bebe, el primer beso de Harry, la poción de amor... Y sobre todo, la despedida de ese capitulo. Es curioso, porque se me ocurrió a mi, pero me parece imposible que a mi se me haya ocurrido algo así. Si ya os lo digo siempre, yo no escribo, lo hace la loca de mi mente xDDD
Y que, contadme, ¿Que tal vuestros estudios/trabajos/vageosenelsofámientrasveocomoconocíavuestramadre? Vaya... ¿En serio? ¡Pues esperemos que mañana sea mejor que el día de hoy? (respuesta que vale para todas las respuestas, tomad nota)
Se que muchos de vosotros leéis este tipo de fic por el hecho de ver como reaccionan los personajes ante lo que sale en los libros. Y sí, de eso trata el fic. Pero de vez en cuando pondré capítulos en los que no se lee nada, porque si las relaciones no avanzan, o no se asimila lo leído, o no pasan cosas nuevas, realmente no estamos consiguiendo nada. Ya lo siento. Ademas, fic en los que solo se lee, sin comer, ni cenar, ni dormir, ni pensar, hay a montones.
"Y Harry besó a Ginny"
—Pues nada, Ginny, mi yo del futuro va a besarte, eso dice ese libro, así que estoy enamorado de ti. Así funciona. Ven aquí y fabricame unos cuantos hijos.
No es una critica a ninguno en especial, eso tenerlo en cuenta. Y si escribo este fic es porque casi todos los que he leído me han gustado y me da pena que no estén terminados.
Son las seis de la mañana y no estoy pensando demasiado bien... Os dejo con lo escrito, que ni lo he revisado, ni releido, así que tendrá faltas, cosas locas y sin sentido, y algún que otro pingüino ninja encapuchado buscando dar un golpe de estado junto a su ejercito de langostas asesinas para gobernar el pueblo de ARGASDFAWER.
En fin, os dejo con el cap.
Ítulo.
¿Que os a pare... No, mejor no pido opiniones. En este capitulo se me ha ido demasiado la olla. Ahora me avergüenzo de haberlo escrito, ¡Ni siquiera se porque lo he hecho! En fin, os informó de que soy un chico cereza con cero experiencia en esos temas, así que es normal cualquier tipo de sinsentido o de cosa ridícula. Ríete en tu casas si quieres, pero entiende que no todos sabemos tanto como tu. Lo siento. Seguro que si lo hiciéramos el mundo sería un lugar mejor.
La verdad es que no se me ocurría ningún titulo para este capitulo, ¿Siquiera he contado algo? He acabado poniendo lo primero que se me ha ocurrido, como siempre.
Sobre cuando actualizaré... No lo se, sinceramente, no lo se. Las practicas me consumen toda la mañana y toda la tarde. Intentaré traeros un capitulo por semana. A ver si consigo que sean dos. Tengo que aprender a organizarme. Darme tiempo, soy un poco inútil para todo lo que precise de pensar.
Mec mec!
PD: Gracias por el apoyo a los que me habéis apoyado. Os quiero A@#~f#@
PD2: A@#~f#@ = cantidubi
¿Cuanto tiempo desde el último capitulo no?
Como me aburro voy a contaros algo, antes de volver a escribir me leí algunos de los capítulos del fic, para eso de ponerme en situación y todo eso, y la verdad es que estoy bastante satisfecho con el resultado. Leyendo el capitulo de ¡SALLY! me lo he pasado genial, creo que, sin duda, ha sido uno de los capítulos que mas me ha gustado escribir. La gente del futuro, Harry de bebe, el primer beso de Harry, la poción de amor... Y sobre todo, la despedida de ese capitulo. Es curioso, porque se me ocurrió a mi, pero me parece imposible que a mi se me haya ocurrido algo así. Si ya os lo digo siempre, yo no escribo, lo hace la loca de mi mente xDDD
Y que, contadme, ¿Que tal vuestros estudios/trabajos/vageosenelsofámientrasveocomoconocíavuestramadre? Vaya... ¿En serio? ¡Pues esperemos que mañana sea mejor que el día de hoy? (respuesta que vale para todas las respuestas, tomad nota)
Se que muchos de vosotros leéis este tipo de fic por el hecho de ver como reaccionan los personajes ante lo que sale en los libros. Y sí, de eso trata el fic. Pero de vez en cuando pondré capítulos en los que no se lee nada, porque si las relaciones no avanzan, o no se asimila lo leído, o no pasan cosas nuevas, realmente no estamos consiguiendo nada. Ya lo siento. Ademas, fic en los que solo se lee, sin comer, ni cenar, ni dormir, ni pensar, hay a montones.
"Y Harry besó a Ginny"
—Pues nada, Ginny, mi yo del futuro va a besarte, eso dice ese libro, así que estoy enamorado de ti. Así funciona. Ven aquí y fabricame unos cuantos hijos.
No es una critica a ninguno en especial, eso tenerlo en cuenta. Y si escribo este fic es porque casi todos los que he leído me han gustado y me da pena que no estén terminados.
Son las seis de la mañana y no estoy pensando demasiado bien... Os dejo con lo escrito, que ni lo he revisado, ni releido, así que tendrá faltas, cosas locas y sin sentido, y algún que otro pingüino ninja encapuchado buscando dar un golpe de estado junto a su ejercito de langostas asesinas para gobernar el pueblo de ARGASDFAWER.
En fin, os dejo con el cap.
Ítulo.
Todos los personajes y los fragmentos del libro original pertenecen a J.K. Rowling.
RON NO TERMINA DE CENAR
RON NO TERMINA DE CENAR
—Bueno, pues habrá que hacerle caso a la tripa del señor Weasley, digo yo —dijo
Dumbledore poniéndose en pie para que todo el mundo le imitará y poder cambiar
los asientos por las mesas y los bancos del habitual comedor.
Todos se
apresuraron a sentarse, hambrientos. Ron se relamía los labios con impaciencia
mientras observaba como
cientos de variados alimentos invadían rápidamente la
mesa.
James no tenía hambre, es más, el simple hecho de pensar en comer
le causaba arcadas. Estaba seguro de que si se forzaba a comer iba a acabar
vomitando. Además, se sentía mal con tanta gente al rededor. Le apetecía estar
solo. Se levantó sin hacer ruido y salió tranquilamente del comedor. Los que
estaban junto a él se dieron cuenta, pero comprendieron rápidamente porque lo hacía,
así que le dejaron irse.
Lily estaba mejor que James, no porque ella no le tuviera tanto
aprecio a Peter como el, sino porque ella no era tan emocional como James.
Había sufrido mucho de pequeña. Había sido transferida de su escuela primaria a
mitad de su quinto curso, dejando atrás a todos sus amigos. Al llegar a su
nueva escuela todos ya se conocían y los círculos de amigos ya estaban creados.
Ella era buena hablando, y su mente rápidamente generaba frases con las cuales
podría rápidamente ganarse la amistad de la mayoría, pero, por desgracia, era
demasiado tímida como para ponerlas en práctica. Tampoco era tonta, y sabía
leer mucho mejor que el resto de sus compañeros de clase, pero, nuevamente, era
demasiado tímida como para leer con soltura delante de todos. Eso causaba que
tartamudeara muchísimo, y eso hacía que se pusiera muy nerviosa, lo cual le
llevaba a cometer errores al pronunciar ciertas palabras, haciendo que todos se
rieran mientras ella bajaba la cabeza muy avergonzada. Iba a clase sola. Pasaba
las clases sola. Almorzaba sola. Y volvía a casa sola. Cada día ir a clase le
suponía algo terrible, odiaba sentir timidez, odiaba hacer el ridículo y, sobre
todo, odiaba sentirse sola.
Unos días después, sentada en un banco, sola, como de costumbre.
Vio a los chicos de su clase jugando a fútbol, como de costumbre. Y las de su
clase sentadas hablando, como de costumbre. Ella no entendía demasiado bien
porque hacían siempre lo mismo, y porque esa separación entre chicos y chicas.
No pudo evitar encogerse de hombros pensando que, seguramente, era por esa
forma de pensar que no lograba congeniar con sus compañeros de clase. Estaba
harta de no poder hablar con nadie, de no poder decir lo que pensaba y, sobre
todo, de equivocarse en clase. Fue en ese momento cuando tomó la decisión.
Tenía que prepararse. Tenía que volverse más fuerte. Practicaba a leer en voz
alta en casa. Hablaba delante del espejo, y practicaba diferentes expresiones.
Y estudiaba sin parar. No quería volver a equivocarse. Y estaba segura de que,
si conseguía hacer bien todos eso, le iban a llover los amigos.
Un tiempo más tarde, cuando la profesora buscaba un voluntario
para continuar con la lectura de un bonito libro llamado "La Emperatriz de
los Etéreos", escrito por una tal Laura Gallego García, para la sorpresa
de todos, Lily se ofreció voluntaria. Lily ya se había terminado el libro en
casa, siempre hacia lo mismo, no le gustaba leer los libros a medias. No se
podía leer un libro durante una hora cada semana. Los libros había que leerlos
de golpe, metiéndote de lleno en la historia, ¿Dónde estaba la gracia si no?
Lily cogió el libro con sus manos temblando, suspiró varias veces, buscando
calmarse, y se susurró unas palabras para sí misma. Entonces comenzó a leer,
dejando a todos boquiabiertos con la fluidez con la que lo hacía, con lo bien
que paraba ante cada coma o punto, y con lo bien que pronunciaba las palabras
difíciles, y con lo bien que leía las interrogaciones y las exclamaciones.
Incluso la profesora había quedado asombrada. Ese día Lily tuvo un gran
incremento de autoestima. Comenzó a levantar la mano cuando sabía la respuesta,
lo cual era siempre, y comenzó a hacer todo bien. Eso, al contrario de lo que
esperaba, no le sentó demasiado bien a sus compañeros de clase. Que empezaron a
decir "Ya está esta otra vez" o "Ya está la sabelotodo de
nuevo" cada vez que levantaba la mano, a reírse entre ellos cada vez que
leía para desconcentrarla. Ese tipo de acciones, por su puesto, hicieron daño a
Lily. Ella sacó la conclusión de que la tenían envidia por responder bien, así
que decidió contraatacar ese tipo de acciones haciéndolo todo todavía mejor.
Las burlas comenzaron rápidamente a acentuarse, seguramente la anterior Lily
habría llorado muchísimas veces por las cosas que le hacían, pero esta no iba a
hacerlo. No es que fuera más fuerte, sino que las horas delante del espejo
habían dado sus frutos. Había aprendido a camuflar sus emociones, a no dejarse
ver como alguien débil, a mantener su cabeza alta, y a opinar. Cuando algo le
parecía mal lo decía. Aunque el que acabará siendo castigado se vengará
escribiéndole insultos en la mesa, o llenándole de agua la ropa de recambio de
la mochila de gimnasia. Se mantenía fuerte delante de sus padres, inventándose
elaboradas historias sobre lo que hacía en clase con sus amigos, o sobre como
todos la admiraban por ser tan listos. Luego lloraba en su cama, por las
noches. Podía aparentar ser fuerte, pero no lo era.
Una tarde, para que sus padres no sospecharan nada raro, salió
sola a la calle, diciendo que había quedado con sus amigos. Cerca del lugar
donde vivía había un parque de atracciones muy viejo que estaba abandonado, la
entrada estaba completamente rota por lo que no era nada difícil entrar.
Siempre iba ahí cuando salía, porque siempre estaba vacío, así se ahorraba el
que algún amigo de sus padres la viera sola por la calle y se lo contara a sus
padres, y estos descubrieran que estaba sola. Era un parque enorme, con dar un
par de vueltas andando despacito ya había pasado el tiempo suficiente para
volver a casa sin que sus padres sospecharan nada.
Ese día dos personas entraron en el parque cuando ella ya estaba
terminando la segunda vuelta, ya estaba anocheciendo. Eran un padre y su hijo.
—Hey papa, ¿Dónde has dejado esta vez el traslador? —pregunto el
niño.
Lily contuvo una pequeña risa, pensando que el niño se refería al
vehículo del padre y que le había llamado traslador, queriendo decir
trasladador, cosa que tampoco existía pero que, seguramente, el niño había
pensado que sí, y que era un trasto que trasladaba personas. Como un coche.
—Esta donde siempre, ya sabes que siempre que venimos aquí lo dejo
en el mismo sitio... —le contestó el padre.
—Siempre eres tan aburrido papa, ¿por qué nunca lo escondes para
que yo lo busque? ¡eso sería súper ultra divertido! —dijo el niño casi a
gritos.
Lily, más que preocuparse por entender a qué se refería el niño,
se dedicó a admirar la capacidad de este por hablar a gritos sin preocuparle
que los demás le escuches y lo que puedan pensar de él.
—¿Y tú porque nunca puedes hablar bajo? ¿Cuantas veces te he dicho
que eso molesta a la gente que pasa por tu alrededor?
—¡Pero si no hay nadie! —protestó el niño—. ¿A quién estoy
molestando?
—A esa niña —contestó su padre con sencillez, mirando hacia Lily.
Cuando esta se percató de eso se puso muy nerviosa y su corazón
comenzó a latir con violencia. El niño se giró hacia ella y la observó con
atención. Momentos después corrió hacia ella.
—¿Te he molestado? —le inquirió con urgencia.
—Eeh... —dijo Lily pensando que responder.
—Oh, claro, no me he presentado, siempre se me olvida —dijo el
niño golpeándose la frente en señal de despiste—. ¿Cómo te llamas?
Lily frunció el ceño, divertida.
—¿No deberías decirme tu nombre primero? —preguntó sin
tartamudear, y sorprendiéndose por ello.
—Oh, yo no le doy mi nombre a desconocidos —dijo el niño,
enrojeciendo, y Lily comprendió que solo estaba buscando una excusa para no
admitir su error.
—Oh, yo tampoco —replicó algo burlona.
El niño bufó.
—Está bien, mi nombre es...
—¡James, ven aquí! ¡Ya es hora de cenar! ¡Tu madre nos va a matar
como se enfrié la cena! —gritó el padre.
La cara del niño palideció de pronto, probablemente imaginándose a
su madre enfadada.
—¡Lo siento, debo irme, ¡El deber me llama! —le dijo el niño a
Lily, citando lo que probablemente sería la frase de un héroe de algún cómic
para niños, y salió corriendo hacia su padre.
—Ves papa —le escuchó decir al niño antes de que se alejaran
demasiado—. Esa niña ha dicho que no le molesto para nada y que mi voz es
increíblemente genial.
Lily abrió la boca, sorprendida por eso, pero no hizo nada al
respecto. Lily pensó que le encantaría ser como ese niño, sin ningún miedo a
decir lo que piensa, aunque esté hablando con su padre o con un desconocido,
sin miedo a que le lleven la contraria o a quedar en ridículo. Así era como
quería ser Lily. Justo como ese niño del que no sabía nada.
Lily abrió los ojos de golpe, dejando de recordar su pasado, ¿El
padre del niño le había llamado James? ¿Habían hablado de trasladores? ¿El niño
no era muy engreído? ¿Podía ser que...
Sí, no había ninguna duda. Lily había conocido a James antes de ir
a Hogwarts.
(Dait-nota: No sé a qué ha venido todo esto, digamos que ha sido
una ida de olla similar a la del abrazo del capítulo anterior. Me gusta
imaginarme cosas sobre cómo habían sido las cosas antes de que hubieran ido a
Hogwarts, y después de terminarlo, pero sé que cada uno tiene sus versiones y,
cosas como estas que no influyen demasiado, podéis sustituirlas con las
vuestras.)
.
Ron comía sin parar mientras Ginny, Harry y Hermione hablaban.
Entonces paró en seco. Frunció el ceño unos segundos, pensando, y se decidió.
Le dio un par de disimulados toques en la pierna a Hermione, se levantó, y
salió del comedor. Hermione parpadeó varias veces, intentando comprender lo que
acababa de ocurrir, ¿Ron le estaba pidiendo que saliera del comedor con él?
¿Sin Harry? Sonrió como una tonta imaginando que podía querer y salió tras él.
Harry y Ginny se miraron, sin comprender nada de lo que había pasado, y algo
avergonzados por estar solos.
—Y... —le dijo Ginny intentando quitar el incómodo silencio que se
había formado—. ¿Cuándo te devolvió McGonagall la Saeta de Fuego?
Harry se mordió el labio, pensativo.
—No me acuerdo bien, pero estoy seguro de que antes de jugar
ningún partido.
Ginny rió brevemente.
—¡Por supuesto! ¡McGonagall no iba a permitir que jugaras sin una
buena escoba! ¿Acaso no te regalo ella la Nimbus?
Harry sonrió, era cierto, McGonagall quería ganar la copa de
quidditch tanto como él.
—Oye —preguntó Harry con curiosidad—. ¿A dónde habrán ido Ron y
Hermione?
—¿Tu qué crees? —le preguntó Ginny alzando una ceja, divertida.
Harry enrojeció al momento, imaginándose una y mil cosas. Él había
tenido todos los años de su vida hasta ahora demasiado ocupados con cosas
demasiado importantes como para haberse preocupado en serio por asuntos como
esos, por lo que, realmente, no tenía ni idea de lo que podían estar haciendo.
—Ni idea —respondió Harry encogiéndose de hombros, y quitándole
importancia al asunto, como si no le importara, pero sonrojado al fin y al
cabo.
Ginny, percatándose de esto, quiso molestarle un poco más.
—¿En serio? ¿No se te ocurre nada?
Harry intentó pensar en algo plausible. Podrían estar
tranquilamente hablando, pero entonces ¿porque no lo habían hecho aquí? Pensar
cualquier cosa más allá de eso hacía que se sonrojara.
Ginny abrió los ojos de golpe.
—¡Espera! —dijo alterada—. No me digas que aún no has dado tu
primer beso,
Harry se sonrojó aún más. Ginny estaba hablando demasiado alto.
Muchos se giraron hacia ellos y Sirius, Fred y George se acercaron rápidamente
a Harry.
—¡Dime que eso no es cierto, Harry! —le urgió Sirius sujetándole
fuertemente de los hombros.
Harry desvió la mirada, incomodo.
—¡Por dios Harry, ya tienes quince años! —dijo George sorprendido.
—¡Y eres Harry Potter! —añadió Fred—. ¡Las chicas deberían de
caerte del cielo!
—Sí —dijo Harry molesto—. Sobre todo este año, ha sido mi mejor
momento. Todo el mundo estaba de mi parte.
—¡Oh, no me vengas con esas, Harry! —dijo Fred—. ¿No te besaste
con Parvati el año pasado?
Harry negó con la cabeza.
—¿Entonces para que la llevaste al baile? —preguntó Fred
sorprendido.
—¡Para el carro, vaquero! —dijo George molesto—. ¿Estás diciendo
que te besaste con Angelina?
—Yo no he dicho eso —aseguró Fred levantando las manos en señal de
inocencia.
—¿Entonces para que la llevaste al baile? —inquirió irritado,
repitiendo lo que su hermano había dicho momentos antes.
—¡Tú sabes porque la llevé al baile! —se quejó Fred—. ¡Había
alguien demasiado tímido como para atreverse a hacerlo el! ¿No?
—Cierto —reconoció George algo avergonzado—. Pero baja el volumen,
por favor.
—Espera... —dijo Ginny entrecerrando los ojos—. Parvati dijo que sí
que os habíais besado...
—¿Qué? —preguntó Harry sorprendido.
—¿Estás celosa hermanita? —se burló George.
—¿Lo estaría tu si supieras que Fred y Angelina realmente se
besaron? —mintió inteligentemente Ginny.
George fulminó a su hermano con la mirada, quien no paraba de
negar con la cabeza.
—¿Y tú te besaste con Neville? —preguntó Harry confundido—.
¿Neville te llevó al baile para besarte?
—¿Qué? —preguntó Ginny sorprendida—. ¡No! Neville solo quería
bailar, y no tenía con quien ir, por eso fui con él.
—Ah —dijo Harry suspirando aliviado.
—¿Y tú porque te alivias tanto por ello? —preguntó Fred frunciendo
el ceño.
—¡Eso! Sus hermanos aquí somos nosotros —añadió George—. Búscate
otra hermana.
—Eso es cruel —dijo Harry fingiendo molestia, sabiendo que el
comentario de George era sin malas intenciones—. ¿Entonces me estáis riñendo
por no haber besado a nadie el día del baile de navidad cuando ninguno de
vosotros lo hizo?
—¡No! —dijo Sirius.
—Ya —dijo Harry—. Seguro que ahora dices que tú sí que besaste a
alguien.
—De hecho si —comento Sirius—. E hice mucho más que eso. Pero no
me refería a eso, digo que te estamos riñendo por estar en tu quinto curso de
siete y aún no haber dado tu primer beso, ¡Todos los merodeadores hemos perdido
la virginidad en Hogwarts! ¡Incluso colagusano! ¡Y tú no has dado ni tu primer
beso! Más te vale espabilar, compañero.
—He estado ocupado, ¿vale? —se excusó Harry, molesto con que
Sirius insinuará que Colagusano podía ser mejor que el en algo—. Yo estaba
salvando el mundo mientras vosotros hacíais el idiota.
—¿Has oído eso Fred?
—Creo que si George, pero no estoy seguro, ¿Esta un triste
adolescente que aún no ha dado su primer beso dándoselas de héroe?
—Harry, Harry, Harry —dijo Sirius negando con la cabeza—. Salir
con chicas primero, salvar el mundo después, ¿Entiendes? Tienes que poner en
orden tus prioridades.
—¿Estáis diciendo que Harry aún no ha dado su primer beso?
—preguntó Tonks sorprendida.
George, Fred y Sirius asintieron seriamente con la cabeza.
—¿En serio? Lo siento Harry, ahora no puedo ayudarte, pero si me
llego a enterar de esto hace unas semanas yo...
—¡Hey! —se quejó Remus,
—Que es broma, bobo —rió Tonks divertida.
Lily se acercó a ellos y el corazón de Harry comenzó a latir con
más fuerza.
—Estáis todos mal —aseguró muy seria—. Harry ya ha dado su primer
beso.
Todos la miraron, pensativos, y al ver la expresión de su cara
todos lo recordaron. Sally.
—¡No! —dijo Tonks molesta—. Dime que esa no se ha llevado tu
primer beso.
Harry recordó entonces ese momento, entonces sí que había dado su
primer beso pero...
—Espera... —dijo Harry entonces recordando algo—. Antes de eso...
—¡Sí! —le urgió Tonks—. Dime que te has besado con alguien antes.
Harry no sabía que decir realmente, ¿debería contarles lo que
ocurrió? No, por supuesto que no, aunque tal vez Ginny supiera quien era la
chica a la que había besado... Pero no podía decírselo a nadie. Por lo menos no
ahora.
—¡Sí! —dijo Sirius satisfecho—. ¡Ha puesto cara de que sí que lo
ha hecho! ¡Ese es mi ahijado, si señor!
Ginny abrió los ojos de golpe, podía ser que... el primer beso de
Harry... Su piel se volvió del color de su pelo.
—Oye, ¿Ron y Hermione no estás tardando mucho? —preguntó Harry
algo incómodo.
—Déjales —dijo Tonks divertida—. Aún son jóvenes.
—No como tu novio —comentó Sirius.
.
Ron y Hermione llevaban un rato caminando sin decir nada. Ron
había sido el que había creado esa situación, y realmente no sabía que era lo
que quería hacer. Simplemente quería estar a solas con Hermione.
—¿Qué? ¿Piensas decirme para que hemos salido del comedor?
—preguntó Hermione.
—No tienes por qué ser tan borde... —comentó Ron.
—¡No estoy siendo borde! —se quejó Hermione—. ¿Cómo sea, vas a
decírmelo o no?
—No tengo nada que decirte —aseguró Ron, y era cierto, él no había
pensado en nada.
—Entonces solo estamos perdiendo el tiempo —suspiró Hermione
dándose la vuelta—. Mejor volvamos.
—¡No! —dijo Ron sujetándola del brazo—. Quédate conmigo...
Hermione se giró hacia Ron, suspirando, ¿qué demonios le pasaba?
Le había hecho salir del comedor, donde estaban con todos, ¿para qué? ¿para
nada? Espera... ¿estaba Ron buscando estar a solas con ella? Hermione tuvo que
contener la sonrisa que intentaba asomar en sus labios.
—¿Qué pasa, Weasley? ¿No me digas que tienes vergüenza? —preguntó
divertida.
—¡Claro que tengo vergüenza! —aseguró Ron—. No sé qué debo hacer
en ningún momento, ni cómo debo comportarme, ¡ni siquiera sé que pensar! No sé
porque nos dan clases de historia de la magia, deberían prepararnos para estas
situaciones...
Hermione rió brevemente.
—No lo sé, Hermione, no sé porque te he sacado del comedor,
simplemente quiero estar contigo...
—Eso es lindo —aseguró Hermione sonriendo.
—Mira que se poco de estas cosas eh, pero estoy casi seguro de que
lo apropiado habría sido que dijeras que tú también quieres estar conmigo...
—dijo Ron algo molesto pensando que estaba haciendo el ridículo.
—¡Oh, Ronald, claro que quiero estar contigo! —dijo Hermione dándole
un pequeño beso—. ¿Quieres que demos una pequeña vuelta por el lago?
—Claro —aseguro Ron—. Al lago te estaba llevando.
Hermione rió.
—Pues como no quieras que saltemos por alguna ventana creo que te
estas equivocando de camino.
.
James había subido inmediatamente a su habitación y se había
tumbado, pero no era capaz de conciliar el sueño, le dolía demasiado la cabeza
y tenía demasiados pensamientos en ella. Se puso de pie y comenzó a mirar por
la ventana. Entonces Colagusano les había traicionado... Miraba la Luna con los
ojos medio cerrados, cansados e indiferentes, ojos que no querían sentir, pero
que sentían al fin y al cabo. En menos de un minuto una solitaria lagrima
descendió por uno de sus ojos hasta acabar en su barbilla, donde se retuvo el
tiempo suficiente hasta que apareció otra lagrima en su otro ojo, entonces se
dejó caer al frío suelo, dejando a James con su tristeza.
(NA: Malvada lagrima... mira que dejar a James solo :c)
Ya se había hecho a la idea de que colagusano les había
traicionado, aun le dolía, pero ya lo había asimilado. Pero aun así no quería
creer que por su culpa él y su mujer habían muerto, ¿No había alguna
alternativa? ¡Tenía que haber alguna alternativa! Y el tiempo que pasará en el
futuro iba a ser todo el tiempo que iba a tener para pensarlo.
Entonces alguien llamo a la puerta.
—¿Puedo entrar? —preguntó suavemente una voz femenina.
—Claro —dijo James sonriendo de forma ladeada—. Sabes que, a no
ser que no me gusta empezar solo.
—¿Empezar qué? —preguntó Lily, descolocada.
—¿Tu qué crees? —preguntó James guiñándole un ojo pícaramente
haciendo que Lily se sonrojara.
—Eres un pervertido —aseguró la pelirroja.
—No lo dudes —dijo James metiéndose a la cama.
—¡James! —le regaño Lily—. ¡No te metas a la cama con esa ropa!
¡Ponte el pijama!
—¿Ya quieres que me desnude? —preguntó James alzando una ceja—.
Pues tendrás que hacerlo tú.
Lily rodó los ojos y suspiró.
—Anda ven aquí, que te quito la camiseta —de manera inmediata el
cuerpo de James estuvo junto al suyo. Agarró su camiseta y comenzó a
levantarla.
—Hey, hey, sin prisas, déjame disfrutar de esto —dijo James
divertido.
—Oh, cállate —ordenó Lily quitándole la camiseta más rápido
todavía—. Y los pantalones te los quitas tu solo.
—Hum... No creo que dormir con vaqueros sea tan incómodo —dijo
James mientras se tumbaba—. ¿Tú que crees?
Lily abrió la boca sorprendida y no supo cómo reaccionar. James
frunció el ceño, Lily no había reaccionado como esperaba.
—Está bien, ya entiendo, buscas el intercambio equivalente ¿no?
Como los alquimistas. Una camiseta a cambio de una camiseta —dijo mientras se
acercaba a ella—. Chica lista.
Sujetó suavemente la camisa de Lily.
—¿Qué haces?
—Bueno, tú me quitas la camisa y yo te la quito a ti, así
funcionan los favores, ¿no?
—Pero yo ya tengo el pijama puesto...
—Pequeñeces.
Y fue subiendo lentamente la camisa de Lily, poco a poco,
disfrutando del momento y de cómo la respiración de Lily iba a agitándose por
la lentitud de James. Lily levantó sus brazos para que James pudiera terminar
de quitarle la camisa, pero este bajó aún más el ritmo al que se la estaba
quitando. Tenía la camisa de Lily por sus codos, su cara quedaba totalmente
oculta, pero su cuerpo completamente descubierto... Por fin terminó de quitarle
la camisa.
—Eres preciosa —tuvo que comentar James.
(Dait-nota: ¡Hey! ¿Tienes menos de 18 años? ¡Entonces no lo leas!
Vale, no importa, sé que vas a hacer lo que quieras de todas maneras. Además, a
mí no me molesta que lo leas. Y es más, yo aún no tengo los 18 tampoco.)
Lily, sonrojada, acercó lentamente su cara a la de su marido, y en
cuanto este comenzó a cerrar los ojos... Se detuvo. James, segundos después,
abrió los ojos, sorprendido. En ese momento Lily aprovecho para besarle de
forma salvaje provocando que ambos cayeran de golpe en la cama. El pequeño
gemido de dolor de James solo hizo que Lily soltará una pequeña carcajada antes
de continuar el beso. James le pasó los brazos por la cintura y, de golpe, le
dio la vuelta a la situación. Haciendo que el quedará encima y ella debajo.
—¿Que hace la tímida y torpe Evans tomando la iniciativa?
—preguntó con una sonrisa ladeada.
Lily sintió como la cabeza de James se acercaba a su cuello.
Sintió su calmada respiración en él, haciendo que la suya se agitara. Sintió
como la sonrisa de James se ensanchaba al notarlo. Y sintió los besos cortos
que este comenzó a depositar en su cuello. La mano de Lily fue a parar
instintivamente al cabello de James, mientras este continuaba con su labor,
descendiendo del cuello a la clavícula. En el momento el que los ojos de Lily
se cerraron y esta no pudo contener un suspiró, decidió hacer acopió de toda su
fuerza y volver a girar, quedando nuevamente ella arriba y James debajo. James
no pudo evitar sonreír, divertido.
—No digas ni una palabra, Potter —le advirtió mientras le pasaba
la mano por detrás de la cabeza y le besaba el pecho descubierto.
—A sus órdenes, milady.
Lily mordió suavemente a James por haberla desobedecido. Y fue
descendiendo poco a poco hasta quedar a la altura del pantalón. Agarró la parte
superior de este y miró a su marido a los ojos, sin hacer nada, sintiendo la
mirada de el en ella y como su respiración se agitaba, impaciente. Lily se
mordió el labio inferior, disfrutando de la situación. Entonces desató el botón
de los vaqueros. Y volvió a detenerse mirando a su marido, divertida con las
diversas expresiones que este mostraba. Sujeto la cremallera del pantalón y,
lentamente, muy lentamente, fue bajándola hasta abajo. James cerró los ojos,
cogió aire hasta que se le llenaron los pulmones, y fue echándolo poco a poco.
—¿Tienes prisa? —le preguntó Lily con diversión.
A modo de respuesta James la sujeto por la cintura y se la quitó
de encima, para poder terminar de quitarse el pantalón él.
—Ya veo que sí —rió Lily algo ruborizada.
James, sonriendo con picardía se acercó a Lily.
—No eres la única que sabe jugar, cariño —le dijo suavemente al
oído.
Lily no pudo evitar cerrar los ojos al sentir el caliente aliento
de su marido en su oído. James comenzó a besarle la clavícula, pero bajó
rápidamente a sus pequeños pechos. James suspiró ante tanta perfección. No era
capaz de ver un solo defecto en ella. Los beso con pasión y, mientras, comenzó
a bajarle los pantalones. Al contrario que Lily, James sí que tenía mucha
prisa. La ropa interior de Lily tampoco le supuso demasiado problema.
Lily no pudo evitar suspirar de placer al sentir a James
descendiendo mientras iba depositando suaves besos en todo su cuerpo. Lily
sintió a James acariciar su parte intima mientras daba divertidas vueltas al
borde de su ombligo con la lengua. No pudo contener un suave gemido.
—Veo que no soy el único que está disfrutando de eso —comentó
James.
Lily sintió como la lengua de James descendía... Y descendía... Un
escalofrío recorrió su cuerpo haciendo que se agitara levemente. La lengua de
James seguía descendiendo. Entonces se detuvo. Y comenzó a lamer una pequeña
parte del lugar íntimo de Lily con suavidad y lentitud. La respiración de Lily
se agitaba por momentos, a medida que James hacía más presión y aumentaba la
velocidad. Lily notaba como todos los movimientos de James eran delicados, pero
al mismo tiempo firmes. Como si su nariz no existiera, Lily comenzó a respirar
por la boca. James dejo de moverse por unos instantes, entonces levantó la
lengua y la movió un poco más arriba. Entonces la descendió lentamente hacia
debajo, en una poca inclinada diagonal, la subió de nuevo y descendió hacia el
lado contrario, subió levemente y giró hacia la izquierda. Entonces levanto la
lengua y volvió a situarla arriba. La deslizo en línea recta hacia debajo,
volvió a subirla, un giro, otro... En ese momento Lily lo comprendió, ¿una A,
una B? James estaba escribiendo el vocabulario con su lengua en sus partes íntimas.
Negó con la cabeza, sorprendida y algo divertida. Cerró los ojos, dejando que
James hiciera lo que hacía y disfrutando con ello. Buscando no ser monótono,
James comenzó a masajearla lamiendo y succionando, buscando un cambio constante
de contacto. La respiración de Lily estaba demasiado agitada. Cada gemido de
placer de Lily era un premio para James, pero, en el momento menos oportuno, se
detuvo. Lily lo miró con los ojos muy abiertos.
—Se me ha cansado la lengua —explicó con diversión mientras se
bajaba los calzoncillos y se tumbaba sobre ella, besándola con pasión—.
Sigamos.
.
(NA: Lo siento por esto. En serio, yo no quería escribir nada de
eso, no sé cómo ha pasado, he empezado a escribir y... se me ha ido de las
manos. Es mi primera vez escribiendo algo así, ha sido raro y, por qué no
decirlo, bastante divertido. Como habréis notado no he explicado nada demasiado
bien, ni he dado nombres a nada, pero lo prefiero así. El que quiera entender
que entienda.)
.
Ron entró a su habitación tarde, muy tarde, y con una sonrisa que,
literalmente, no le cabía en la cara.
—¿Te crees que son hora de volver a casa a estas hora? —le
preguntó Harry cruzándose de brazos y mirándole muy serio.
—Oh, lo siento, es que me he quedado trabajando hasta tarde. El
jefe me pidió que hiciera horas extras y...
—¡No me vengas con excusas Ronald Weasley! ¡Cuando contrajimos
matrimonio decidimos que...
—Hey, Harry, para —le pidió Deán medio dormido—. Ahora que Ron
(por fin) está saliendo con Hermione deberías dejar vuestras estúpidas
conversaciones homosexuales...
Harry frunció el ceño.
—Hum... Tal vez Deán tenga razón —dijo asintiendo con la cabeza—.
¡Muy mal Ronald Weasley! Tu madre y yo no te hemos educado para que te
comportes de esa manera, ¡A casa a estas horas! ¡Cómo se te ocurre! Mañana te
quedas sin desayunar.
—Pero papa...
—Sin excusas, ya lo he hablado con tu madre, y ella está de
acuerdo.
—Papa... Sabes que mama murió hace doce años...
—¡Y que! ¡Ella siempre está de acuerdo conmigo cuando te castigo!
¡Y ahora está de acuerdo con que te castigue sin comida!
—Pero...
—¡Y sin cena!
—Eso es cruel...
—Díselo a ella, yo solo cumplo órdenes.
—Ya, parad —pidió Deán muerto de sueño—. Ojala salgan estas
estupideces vuestras en los libros, para que todos vean lo bobos que sois...
—Vale, vale —dijo Harry metiéndose en la cama—. ¡Pero que no
vuelva a ocurrir! —le gritó a Ron en voz baja antes de intentar dormir.
El sueño de Harry no fue nada agradable. En su sueño se encontraba
en un cementerio, rodeado de mortifagos, y Cedric estaba en el medio, junto a
Voldemort, quien le lanzaba crucios sin parar. Harry no despertó hasta que se
quedó sin voz en el sueño de tanto gritarle a Voldemort que se detuviera.
Cuando despertó ya era de mañana.
¿Que os a pare... No, mejor no pido opiniones. En este capitulo se me ha ido demasiado la olla. Ahora me avergüenzo de haberlo escrito, ¡Ni siquiera se porque lo he hecho! En fin, os informó de que soy un chico cereza con cero experiencia en esos temas, así que es normal cualquier tipo de sinsentido o de cosa ridícula. Ríete en tu casas si quieres, pero entiende que no todos sabemos tanto como tu. Lo siento. Seguro que si lo hiciéramos el mundo sería un lugar mejor.
La verdad es que no se me ocurría ningún titulo para este capitulo, ¿Siquiera he contado algo? He acabado poniendo lo primero que se me ha ocurrido, como siempre.
Sobre cuando actualizaré... No lo se, sinceramente, no lo se. Las practicas me consumen toda la mañana y toda la tarde. Intentaré traeros un capitulo por semana. A ver si consigo que sean dos. Tengo que aprender a organizarme. Darme tiempo, soy un poco inútil para todo lo que precise de pensar.
Mec mec!
PD: Gracias por el apoyo a los que me habéis apoyado. Os quiero A@#~f#@
PD2: A@#~f#@ = cantidubi
¡Lee el siguiente capítulo!
(Cuando salga)
(Cuando salga)