jueves, 27 de agosto de 2015

El intercambio


Hi, here JK. I'm reading this fic and i'm in love with the writer. Oh, when you look at me like that my darling... What did you expect?

Vale, vale, vale. No soy JK, ni tengo su talento. De hecho, ni siquiera soy chica. Tampoco soy de inglaterra, ni tengo hijos, ni soy millonario. Lo único que tengo en común con ella es que ambos amamos la misma historia, pero eso no me hace dueño de sus escritos ¿queda claro? Me alegro.


Oh, mis estimados lectores, he aquí el último capitulo de la tercera parte del fic... Teoricamente ya hemos terminado la mitad del trabajo, pero en la practica... Aún queda mucho, mucho más. Y es que, en teoría y hay diferencia entre la teoría y la practica, pero en la practica si la hay ;)


Os confieso una cosa, hoy me ha pasado algo bastante rarito, normalmente mientas escribo me imagino las cosas, pero hoy solo han habido letras y más letras. Ha sido extraño.


Venga, ahora a responder:


Kalita Bell: Pues nada, lo he intentado pero no lo he descubierto, tendrás que decírmelo. Y... lo de los favores de Ron ¡cierto! Lo había olvidado del todo, pero ya surgirá el momento, gracias por recordarmelo.


Patricia Acosta: Mañana lo leo y te dejo un comentario.

Anonimus Maximus: A Lucius te diría que no sin pensarmelo, pero Narcissa... No es tan mala opción, tal vez lo haga con el cuarto libro, que vendrá mucha gente nueva. Franceses y búlgaros, claro.

Lectio in Aeterum: La chica de Raven tampoco aparece en este :c Son muchos personajes, es muy complicado incluirlos a todos en todos los capítulos, sino lo haría. Y lo de Ron... ¡No debe haber respiros para el! Aunque los haya, por desgracia.

Aduya Diaz Escobar: He leído todos los libros de Laura Gallego (menos una saga de libros pequeñitos sobre fútbol) y son todos geniales. Por supuesto, las crónicas de la torre también. Salamandra es tan genial :)

LaurieAngel: No me lo habían dicho nunca, no, ¡Pero ahora sí! He corregido los del capitulo anterior y, aunque intentare que no se me escapen, llevo toda la vida haciéndolo, se me escapará alguno. Si localizas alguno házmelo saber y será erradicado. Por cierto, lo idos si que es de locos. Suena bastante... No se... Así: asduifhasufhaijerkjasdnfgoie.

YisselBriceño: ¡No! ¡Harry tiene que pasarse todo el libro sonrojado! ¡Que sufra por no haberse fijado antes en Ginny! ¡Humph! Aunque en algún momento tendré que encargarme de Cho...

Alma: Me temo que sí, señorita, el dragón enano subacuático que aparece y desaparece de su hombro a su antojo y que le dice que queme cosas e inunde espacios a acertado de forma absoluta con tendencias hidropiromanas.
Buff... ¿Por qué es Voldemort el mago antena tres? Esa es una pregunta difícil... ¡Hey, equipo, darme unos minutos para pensármelo! Mientras pasar a la publicidad.
"Voldemort en seis minutos".
Aunque... tengo una duda que tal vez tu podrías aclarar, ¿cual es el grupo favorito de Harry Potter?


Todos los personajes y los fragmentos del libro original pertenecen a J.K. Rowling.

EL INTERCAMBIO

—Vaya, entonces hemos estado juzgando mal a Black todos estos años —escuchó Harry como decía Dean—. En realidad el no ha hecho nada malo.

Harry no pudo evitar sonreír, los libros no eran tan malos a pesar de todo. Todavía sin dejar de sonreír Harry vio como Luna, que estaba sentada sola sin participar con ninguno de los grupos que conversaban sobre los libros, se levantaba y salía del comedor. Tuvo el impulso de seguirla porque tampoco era muy cómodo estar rodeado de cientos de estudiantes que están hablando de ti, pero en ese momento su madre le llamó la atención:

—¿Debo preocuparme por lo que pueda aparecer en el siguiente libro?

Harry tragó saliva, en su cuarto año pasaron muchas cosas.

—No tiene sentido que te preocupes mama —respondió de forma sincera, y era cierto, no iba a ganar nada preocupándose. En ese momento se dio cuenta de lo poco que le había costado llamar mama a su madre, volvió a tragar saliva, con solo pensar en que dentro de poco iban a tener que despedirse se le revolvía el estomago.

· · ·

Luna caminaba por los pasillos de la escuela sin prisa, admirando (como siempre lo hacía) el increíble trabajo que habían hecho el arquitecto de Hogwarts y Rowena Ravenclaw al diseñar el castillo. De forma automática y sin ser completamente consciente de a donde le dirigían sus pasos llegó a la torre oeste. Hacia frío. Tanto que su boca levemente abierta hacia que sus dientes chocaran entre sí para que su cuerpo entrara en calor. Hacia mucho frío. Lo sentía rodear sus brazos, intentando llegar hasta sus huesos. A medida que seguía ascendiendo sintió, con siniestro placer, como dejaba de sentir la punta de la nariz. Y cuando su mano agarró la probablemente fría manilla de la puerta de la lechucería fue consciente de que tampoco sentía sus manos.

Abrió la puerta lentamente y no se sorprendió al ver que no había ninguna lechuza allí: a las lechuzas no les gusta el frío. Se quitó lentamente los zapatos y se tomó su tiempo para quitarse las medias. Apoyó su pie derecho sobre la helada paja que cubría el suelo de la lechucería y disfrutó de como los dedos de su pie se levantaron de forma automática para tener el menor contacto posible con la fría paja. Ignorando completamente los deseos de su cuerpo apoyó su pie izquierdo también sobre la paja. Empezó a caminar lentamente y con cuidado para no pisar ninguno de los muchos excrementos de lechuza que había entre la paja.

Se había olvidado del frío, y estaba tan concentrada en donde dar el siguiente paso que no escuchaba las continuas peticiones de su cada vez más helado cuerpo. Pero entonces se detuvo, había llegado al final de la lechucería. Volvió a sentir el frío, y se dio cuenta de que estaba temblando. Echó por la boca el aire que le quedaba y, sintiéndose un dragón, disfrutó del humo que salía de su boca. Cogió una bocanada de aire y sintió como, junto con el oxigeno, el frío también se hospedaba en sus pulmones.

—De hecho, señor, el frío no existe —dijo Luna con voz grave—. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es la ausencia de calor.

—Te equivocas, Albert —dijo con una voz algo más aguda y con el tono severo de un profesor—. Ahora mismo hace frío, mucho frío.

Volvió a quedarse en silencio durante unos minutos observando el paisaje vació que tenía frente a ella. Lo miraba pero no lo miraba. Sus ojos apuntaban hacia el pero estaban enfocados en algo mucho más lejano.

—Saltamontes —dijo de repente—. No aplastes las perlas en el blanco rocío.

Permaneció varios minutos más sin decir nada, sin ser consciente de que el tiempo pasaba también a través de su silencio.

—El ruibarbo en la nieve, más pálido, brilla purpura —recitó entonces.

Y el silencio volvió a apoderarse del lugar hasta que alguien no pudo contenerse.

—El frío... ¿de donde viene? Oh espantapájaros... —dijo una voz tras ella.

Luna parpadeó un par de veces, sorprendida.

—Yo quería decir eso —dijo mientras se daba la vuelta para ver quien había aparecido.

—Tardabas demasiado —dijo un joven con una media sonrisa.

Era alto, no mucho, pero más alto que ella. Delgado, de piel pálida y con un escudo verde cosido a la túnica.

—Tu eres Theodore Nott —le aseguró Luna.

· · ·

En los jardines de la escuela había, por segunda vez en dos años, un laberinto. Y, junto a el, una pareja adulta. Una pareja compuesta por dos personas que estaban dos veces en este mismo tiempo pero con varios años de diferencia y que, irónicamente, observaban lo que sus hijos habían preparado para que sus versiones del pasado se enamoraran y les tuvieran como hijos.

—¿Un laberinto? —preguntó Harry algo confuso—. ¿Que se proponen?

Ginny suspiró.

—No estoy segura de querer saberlo.

· · ·

Tres hermanos corrían emocionados por los pasillos de la escuela.

—¡Va a ser genial! —decía el mediano—. ¡Va a ser absolutamente genial!

—Será genial si nos sale bien —dijo sabiamente la pequeña—. Aún no está todo hecho.

—Lily tiene razón, Albus, aún nos queda lo más importante —dijo el mayor—. Hacer que vayan.

—Bueno, no creo que vaya a ser más difícil que el hechizo... —opinó Albus.

—Puede que no sea más difícil, pero si es más importante. Ahora escuchadme: Yo me encargo de mama, vosotros aseguraos de llevar a papa ¡y recordad, no puede veros! —dijo James antes de salir corriendo para cumplir su misión en solitario.

Albus se rascó la cabeza.

—¿Tienes alguna idea de como podemos hacerlo? —le preguntó a su hermana, quien rápidamente negó con la cabeza—. ¡Al menos podía habernos dicho que es lo que iba a hacer el!

—Venga, venga, ahora no tiene sentido enfadarse con el. Tenemos que pensar en algo... Tenemos que hacer que papa vaya a los jardines sin que nos vea y que entre al laberinto... ¡Ya se! Podemos...

—¿Harry? ¿Ginny? —preguntó extrañada una voz femenina. Parecía confundida—. Pero... ¡Si cuando he salido del comedor aún estabais dentro!

Albus y Lily se miraron alarmados. Era Hermione.

—Mierda... —susurró Albus—. ¿Que hacemos?

—Eeh... ¿Podemos correr? —preguntó dubitativa.

—¿Correr a donde? —preguntó Hermione que se había acercado a ellos. Lily y Albus saltaron sobresaltados.

—¡Ah! ¡Hola tía! nosotros íbamos a...

—¡Idiota! —le dijo Lily cabreada por la estupidez de su hermano y le dio un fuerte pisotón—. ¡La has llamado tía!

Hermione parpadeó un par de veces, confundida por todo lo que estaba pasando. Sus ojos comenzaron a entre cerrarse mientras la maquinaría que tenía dentro de su cabeza cumplía con su función. Albus y Lily jurarían haber escuchado engranajes girando dentro de la cabeza de su tía. Entonces los ojos de Hermione se abrieron de golpe.

—¡No! —exclamó—. ¡No puede ser!

Pero esas negativas palabras eran acompañadas por un rostro brillante y sonriente.

Albus y Lily se miraron, algo incómodos por la ininterrumpida mirada de Hermione.

—Sois... ¡Los hijos de Harry y Ginny!

—¡Ssh! —exclamaron los dos hermanos simultáneamente llevándose un dedo a los labios y comenzaron a mirar como locos si alguien había oído a Hermione. El pasillo estaba vació, suspiraron aliviados.

—Sí, lo somos —confirmó Albus sabiendo que ya no tenían salida.

—¡Lo sabía! —dijo emocionada.

—Tampoco es que sea muy difícil de adivinar ¿no? —dijo Lily volviendo a pisar a su hermano, molesta por haber sido reconocidos ¿que iban a decir sus padres al enterarse?

—Bueno, eso es cierto ¡es que sois clavaditos a ellos! ¡es increíble! —aseguró Hermione mientras les observaba desde todas las posiciones que podía—. Tenéis que contarme muchísimas cosas... Espera, no, no me contéis nada... Aah... Pero quiero saber...

Entonces a Lily se le ocurrió una idea.

—Está bien, tía, digo... Hermione.

—Puedes llamarme tía —dijo Hermione visiblemente alegre.

—Ni hablar —se negó Lily—. Tenemos la misma edad.

—¿Y que más da eso?

—Bueno, da igual, el caso es que responderemos una de tus preguntas si nos ayudas con... una cosa.

—¿Que cosa?

—¿Esa es la pregunta que quieres que contestemos?

—Mierda, eres buena.

—Gracias.

Hermione se puso a pensar. Una pregunta. Podía hacer una pregunta sobre el futuro, una pregunta que iba a ser respondida. Lo primero que se le ocurrió era preguntar que iba a ser de ella y de Ron, pero entonces se dio cuenta de que no debía preguntar algo como eso. ¿Que debía preguntar entonces?

—No se me ocurre nada... —admitió, era muy difícil pensar una sola pregunta—. ¿Que tal si primero os ayudo y luego respondéis a mi pregunta?

Lily se encogió de hombros.

—Como quieras.

—Bueno, que queréis que haga —preguntó Hermione.

Albus se giró hacia Lily, el no tenía ni idea de que era lo que pretendía su hermana y tenía claro que, al igual que James, ella no se iba a molestar a explicarle nada.

—Quiero que le digas a papa... a Harry...

—Es increíble que el sea vuestro padre ¿no? —dijo Hermione emocionada, aún era incapaz de creer que ese chico que se escabullía con una capa invisible por las noches pudiera ser padre.

Lily y Albus se miraron sin saber que responder a eso, decidieron ignorarlo.

—Quiero que vayas a donde Harry y le digas que... Hay un laberinto el jardines y que hay alguien dentro que... ¿le necesita? —Lily no parecía tan convencida ahora que escuchaba su idea en voz alta—. Bueno, creo que funcionará así.

Hermione asintió con la cabeza, no le costaba nada decirle eso a Harry.

—Perfecto —dijo Lily sonriendo satisfecha—. Ahora la pregunta, rápido.

Hermione se mordió la lengua, nerviosa, seguía sin saber que preguntar. Había tantas preguntas en su cabeza en ese mismo momento... ¿Que debía preguntar? Tenía que ser algo que no implicara demasiadas cosas pero al mismo tiempo tenía que ser algo...

—10... 9... 8... 7... —empezó a contar Lily y los ojos de Hermione se abrieron de golpe. El cinco ya se había ido. el cuatro no tardó en irse también, el tres ya había llegado y marcharía sin esperar al dos.

—2... 1... y....

—¿Como os llamáis? —preguntó Hermione de golpe. Seguramente no era la mejor pregunta que podía haber hecho pero no consideraba que fuera una mala pregunta. Además, se moría de ganas de saberlo, ¿Que nombre habrían puesto Harry y Ginny a sus hijos?

—¿Los nombres completos? —preguntó Albus, que rápidamente volvió a ser pisoteado por su hermana.

—Solo teníamos que decir nuetro primer nombre y ya estaba... ¿por que tienes que complicarlo todo siempre?

—Si, el nombre completo, por favor.

Lily bufó y Albus suspiró. Ninguno de los dos tenía demasiadas ganas de que Hermione supiera el segundo nombre de Albus.

—Yo me llamo Lily Luna —dijo Lily haciando que la sonrisa de Hermione creciese de golpe—. Y el se llama...

—Albus Severus —dijo Albus.

La sonrisa de Hermione desapareció de golpe.

—¿Que? ¿Como? —preguntó, pero ambos hermanos se marcharon corriendo—. Es una broma... ¿no?

· · ·

Harry vio como, caminando lentamente con cara de estar completamente confundida Hermione entraba de nuevo al comedor.

—¿Ha donde habías ido? —le preguntó en cuanto se sentó a su lado.

—Yo... he ido a su tía de Albus —dijo sin mirarle a la cara—. Porque Severus no puede ser, claro, pero ellos son broma ¿no? quiero decir son Ginny y Harry, puede ser que tía de Albus, pero Severus... No tiene sentido ser la tía de Severus... ¿Tengo razón o no? Es Snape... ¡Snape!

Harry parpadeó varias veces.

—¿Hermione...? ¿Are you OK? —preguntó Harry y Hermione se empezó a reír sin parar.

—Ginny, are you OK? So, Ginny are you OK? Are you OK, Ginny? —y Hermione empezó a cantar la canción "Smooth Criminal" de Michael Jackson versión Ginny.

Harry no sabía si reír o preocuparse por su amiga.

—Hermione... No es por cortarte el rollo pero... ¿te pasa algo?

—¡Oh, Harry! Tienes que ir a los jardines ¡hay un laberinto y hay alguien dentro que te necesita! —dijo Hermione de pronto.

Harry se levantó sobresaltado ¿un laberinto en los jardines? ¿alguien le necesitaba? Sonaba como algo peligroso. Algo peligroso y Hermione seguía con su "Ginny, are you ok?". ¡Espera! ¡Ginny! No estaba en el comedor ¿donde estaría? Bueno, eso no era lo importante, tenía que ir al laberinto de los jardines. Echó a correr.

Al salir a los jardines vio el laberinto en cuestión. No era ni la mitad de grande de lo que lo fue el del torneo de los tres magos, pero era claramente un laberinto. Las paredes estaban formadas con grandes arbustos perfectamente podados. Era muy extraño que algo así hubiese aparecido de un día para otro. Había dos entradas, una a cada lado del laberinto. Sin pararse a decidir entró por la de la derecha.

La niebla que había dentro del laberinto le trajo malos recuerdos, pero siguió hacia delante. Su mente era un remolino de pensamientos, y ninguno de ellos iba a hacerle ningún bien a Harry, así que se movió rápido y sin pensar. Un cruce de caminos, derecha. Otro cruce de caminos, izquierda. No parecía haber trampas o enemigos, pero no iba a confiarse. Entonces llegó a un camino sin salida.

—Mierda —susurró cabreado. Tenía que darse prisa en encontrar a esa persona que le necesitaba.

Entonces se escuchó un grito. Un grito de mujer. Harry se sobresaltó por un momento pero luego se dio cuenta de que esa chica simplemente se había caído. La chica estaba justo ahí, pero no podía llegar a ella desde ahí. Salió del callejón, volvió al cruce de caminos y esta vez giró por la derecha.

Desde dentro el lugar parecía un lugar mucho más grande que desde fuera.

Por fin vio el final del laberinto, comenzó a acelerar. Tragó saliva, al recordar como el y Cedric luchaban por llegar primero. Suspiró, si tan solo hubiera sido un poco más egoísta Cedric estaría vivo en este momento.

En ese momento, frente a el, apareció Harry Potter. Parpadeó. El Harry que tenía en frente también parpadeó, ¿era un espejo? ¿Y como iba a pasar a través de el?

—¿Hola? —saludó Harry.

El Harry del espejo movió los labios pero no produjo sonido alguno. Harry, extrañado, camino hacia el.

—¿Eres un espejo? —el espejo se limito a imitarle sus movimientos pero no sus sonidos.

Harry se puso a pensar, ¿como podía pasar a través del espejo? Entonces se le ocurrió algo, era una tontería, pero era lo único que tenía.

—¿Puedo pasar? —preguntó en voz alta. Justo después Harry asintió con la cabeza, el Harry del espejo asintió también. ¿Entonces tenía permiso?

Parecía ser que si, porque en ese momento el Harry del espejo dejó de imitarle y, con un gesto, le invitó a pasar a través de el.

Harry estiró el brazo hacia el espejo y, aunque no tocó nada, sintió como si hubiese hecho añicos un cristal tan fino como un hilo. Eso no fue lo único que sintió, también sintió como si hubiese perdido la capacidad de hablar. Intentó decir algo pero no hizo ningún sonido. Su respiración comenzó a acelerarse, estaba entrando en pánico. Pero entrar en pánico no era algo que pudiera permitirse, había alguien en el laberinto que le necesitaba, y tenía que encontrarle.

Dejando la voz atrás, siguió su camino y llegó a lo que el había supuesto que era el final del camino. Se encontraba en una sala cuadrada, aunque estaba seguro de que era rectangular y de que esa pared de madera que había en el medio separaba una parte de la sala de la otra. Mirando esa pared de madera encontró un agujero. Se acercó para mirar a través de el. Esperaba encontrar una sala como la que le rodeaba a el pero en vez de eso se encontró un ojo. Un bonito ojo castaño. Harry vio como la persona que había al otro lado de la pared abría mucho los ojos, probablemente igual de sorprendida que el.

Harry retrocedió e intentó decir algo, pero su voz seguía sin aparecer. Eso era algo terriblemente malo porque sin voz tampoco podía hacer hechizos. Suspiró ¿que podía hacer? En ese momento comprendió lo útil que le habría sido haber aprendido morse o algún otro tipo de lenguaje que no necesite voz. Se frotó la cara, por lo que parecía el podía salir tranquilamente del laberinto pero... ¿podía la chica del otro lado salir? Y si podía... ¿por que no lo hacía?

—Maldita sea —intentó decir, pero no fue capaz de decir nada.

Suspiró, lo único que podía hacer era volver a mirar por el agujero. Volvió a ver el ojo, pero está vez no pareció sorprenderse al verle a el. El tampoco se sorprendió esta vez. Bueno, por lo menos al principio. A medida que miraba el ojo que tenía enfrente se daba cuenta de como cambia de color, poco a poco, muy poco a poco, el ojo dejó de ser castaño.

El ojo pasó a ser verde esmeralda.

Harry retrocedió sorprendido con la respiración agitada.

—¿Que demonios a sido eso? —quiso decir esta vez, pero fue inútil.

Lo había visto. Había visto como esos ojos habían pasado de ser castaños a verdes. Habían pasado a ser exactamente iguales que los suyos ¿que significaba eso? Tragó saliva. No entendía nada pero tenía claro que eso no era algo normal, ¿sería la persona del otro lado una persona que necesitaba su ayuda? ¿que le aseguraba a Harry que no fuera algo que intentaba hacerle daño? Tal vez un mortifago, o incluso Lord Voldemort. Pero Hermione le había dicho que alguien le necesitaba allí... Aunque Hermione estaba muy rara... ¡Tal vez estaba siendo controlada por la maldición imperius! El corazón de Harry latía muy rápidamente. Lo tenía claro. Tenía que salir de allí.

Se dio la vuelta y volvió por donde había venido. Al salir de la sala y volver al camino por el que había llegado vio algo que le sorprendió, Tenía delante de el a una joven pelirroja a la que conocía muy bien.

—¡Ginny! —quiso decir Harry mientras se acercaba a ella, pero no produjo sonido alguno.

—¡Ginny! —dijo Ginny delante de el, caminando también hacia el.

—¡No vengas, Ginny! ¡Tenemos que salir de aquí! —intentó decirle Harry con todas sus fuerzas mientras seguía caminando hacia Ginny.

—¡No vengas, Ginny! ¡Tenemos que salir de aquí! —dijo Ginny sin parar de acercarse a Harry.

Entonces Harry sospechó algo. Entonces Harry y Ginny se chocaron. Entonces Harry sintió como si hubiera roto un cristal tan fino como un hilo. Entonces Ginny desapareció y Harry pudo volver a hablar:

—Oh, mierda.

· · ·

—Tu eres Theodore Nott  —le aseguró Luna al joven que tenía en frente.

—Oh, pero puedes llamarme Theo —le dijo el joven.

—Pensaba llamarte espantapájaros —comentó Luna.

—Pues que yo sepa tu estabas aquí antes que yo y... ¡Mira! ¡No hay ninguna lechuza en la lechucería! —dijo Theo con una sonrisa.

Luna empezó a reír.

Theodore frunció el ceño sorprendido, esperaba, de forma optimista, hacer que Luna sonriera pero... ¿por que se reía así? Ni siquiera había dicho algo gracioso.

—Hacia tanto tiempo que no me reía así—dijo Luna divertida sonriendo. Theo suspiró, el sabía que Luna tenía muy pocos amigos pero era bastante triste escuchar cosas como esas, aunque, bueno, tampoco es que el tuviera muchos amigos—. La última vez fue en el tren viniendo a Hogwarts, con Ron Weasley. Creo que dijo algo del culo de un babuino.

—Que gracioso —comentó Theo sin sonreír.

—Pues no parece que te haga mucha gracia —opinó Luna.

—No me la hace.

Luna se encogió de hombros.

—¿No tienes frío? —le preguntó Theo.

Luna asintió.

—Ten —le dijo mientras le tenía su túnica—deberías salir de aquí ya si no quieres enfermar.

—Muchos dicen que ya estoy enferma —confesó Luna mientras se ponía la túnica que le ofrecía Theo.

—Muchos son idiotas —se limitó a decir Theo saliendo con ella de la lechucería.

—¿A que has venido, por cierto? —le preguntó Luna.

Theo se tomó unos segundos para buscar una respuesta con la que estuviera satisfecho.

—Para hablar un rato contigo.

—Eso es un gesto muy bonito, gracias —dijo Luna como si el hecho de que Theo haya ido a hablar con ella fuese para hacerle un favor a ella.

—Creo que me estas entendiendo mal —suspiró Theo—. Me apetecía hablar contigo.

Eso pareció descolocar un poco a Luna.

—¿Por qué? —preguntó.

—Porque eres interesante —contestó Theo encogiéndose de hombros.

—Soy rara —dijo Luna con naturalidad.

—Si que lo eres —dijo Theo sonriendo—. Y eso me gusta.

· · ·

Hermione estaba sentada en el Gran Comedor, escuchando como hablaban Ron, Fred y George. Riendo por dentro al pensar en como reaccionarían si les contaba que había conocido a los dos hijos de Ginny. Dos hijos que había tenido con Harry Potter. No pudo contener una pequeña carcajada, pero, por casualidad de la vida, Fred y Ron también se estaba riendo, así que nadie notó nada raro. Seguramente George hubiese dicho algo gracioso en ese momento. ¿Seguirían riendo tan tranquilos si supieran lo que Harry Potter iba a hacerle a su pequeña hermanita? Hermione volvió a reír.

· · ·

Ginny estaba sentada en la hierba, con la mano sobre su frente y visiblemente preocupada.

—Esto no puede ser —decía una y otra vez—. Esto no puede estar pasando.

· · ·

Harry estaba apoyado contra una de las paredes del laberinto del que acababa de salir. Se cubría el rostro con las manos.

—Esto no puede ser verdad —decía una y otra vez—. Esto tiene que ser una broma.

· · ·

Y es que no era Ginny quien estaba sentado en la hierba. Y no era Harry quien estaba apoyado en una de las paredes del laberinto. Porque ahora Ginny era Harry. Y Harry era Ginny.

Harry, sentado sobre la hierba, vio como su cuerpo se acercaba a el, caminando como el nunca habría caminado. Era algo super extraño.

—¿Harry? —preguntó el cuerpo de Harry.

—¿Ginny? —preguntó el cuerpo de Ginny.

—Así que hemos cambiado de cuerpos —dijeron ambos al mismo tiempo.

—Bueno, no hay que alarmarse —dijo Ginny que parecía bastante alarmada—. Seguro que Dumbledore puede hacer algo.

—¿Pero que es lo que ha pasado en primer lugar? —preguntó Harry.

Ginny abrió la boca para responder, entonces enrojeció un poco y cerró la boca.

—No tengo ni idea.

Harry vio como una nota descendía lentamente hacia ellos. Alzó la mano para cogerla, pero se le escurrió entre los dedos. El cuerpo de Ginny no se movía como el suyo. Ginny cogió la nota del suelo y la leyó en voz alta:

Estimados Harry y Ginny:

Nos complace informarles de que el cambio de cuerpos ha sido un éxito, ¡Felicidades! Queremos que disfruten de esta experiencia que no todo el mundo tiene la oportunidad de experimentar. El hechizo finalizará en tres días, así que esperamos que aprovechen bien el tiempo.

Se despiden, Los Tres Super Guerreros del Futuro que Buscan lo que Buscan

PD: Si se intenta finalizar el hechizo con algún conjuro o poción, los días aumentaran.

PD2: No hagáis caso a ese nombre estúpido, es que mi hermano es idiota.

Harry y Ginny se miraron sin decir nada, analizando lo leído.

—¿Tenemos que estar tres días con el cuerpo del otro? —preguntó Ginny—. ¡Es una locura!

Harry frunció el ceño, bueno si, era raro y agobiante, pero no era para tanto ¿no? Al fin y al cabo solo era una especie de broma.

—¿Es que no te das cuenta, Harry? —preguntó Ginny con un tono de voz que le recordó bastante a Hermione—. ¡Tres días con el cuerpo el otro! ¡Vamos a tener que mear y ducharnos!

En ese momento Harry comprendió las preocupaciones de Ginny.

—Es una locura —admitió.

—Y lo peor de todo es que no podemos decírselo a nadie —dijo Ginny—. Tenemos que fingir.

—¿Por que?

—¿Te imaginas lo que diría Ron si tuvieras que pasar tres días con mi cuerpo?

—¡Oh, dios! —dijo Harry preocupado.

—Me alegro de que lo entiendas, ahora tenemos que practicar.

—¿Practicar? —preguntó Harry que, aunque estaba confundido, estaba más tranquilo al ver como estaba manejando Ginny la situación.

—Claro, tienes que fingir ser yo. Tienes que hablar como hablaría yo, tienes que andar como andaría yo y tienes que hacer lo que haría yo.

—Esto no va a ser nada facial...

—¡En pie, Potter! ¡Camina para mi! —dijo Ginny algo divertida, dispuesta a no pasarlo tan mal como debería.

Pasaron más de una hora practicando a moverse como el otro se movería y a aprenderse ciertas frases que el otro solía decir.

—Bueno, creo que has aprobado —dijo Ginny sonriendo—. Ahora eres Ginny Weasley.

—Gracias por sus palabras, Potter —dijo Harry sonriendo también.

—¿Volvemos al castillo?

—No me apetece nada, pero supongo que deberíamos —dijo Harry suspirando.

Ginny tragó saliva.

—Hora de actuar.

· · ·

Harry y Ginny entraron al comedor, al principio con paso seguro pero poco a poco fueron perdiendo confianza.

—Vamos, Harry, tu puedes, un paso aquí, y el otro aquí, bien, así, sigue —se decía Harry a si mismo.

Ginny suspiraba sin parar y parecía bastante nerviosa, esto no era fácil para ninguno de los dos. Y las cosas acababan de empezar. Harry vio a Hermione hablando con Lily y con Tonks, a los gemelos con James, Sirius y Remus, y a Ron sentado solo. Miró a Ginny, ella asintió, sabía lo que tenía que hacer. Harry sonrió, las cosas no tenían por que salir mal.

—¡Ginny! —exclamó Luna de repente abalanzándose sobre Harry—. ¡Tengo que hablar contigo!

Eso pilló a Harry tan por sorpresa que casi grita.

—Di-dime... —preguntó Harry fingiendo interés. Tan solo quería irse a la cama cuanto antes y dormir durante tres días.

—¡Estoy enamorada! —dijo Luna con alegría.

—¿Qu-que... —eso pilló a Harry por sorpresa nuevamente y habló con voz tan aguda que sintió que sus verdaderas cuerdas vocales hubieran muerto antes de llegar a esas notas.

Luna parecía ignorar el raro comportamiento de "Ginny".

—Si —dijo muy contenta—. Es de Slytherin.

—¡¿Como?! —preguntó Harry sorprendido (Esta Luna... no para de sorprender al pobre Harry... Digo... Ginny).

—Se llama Theodore Nott —siguió Luna volviendo a ignorar las reacciones de Harry—. Es muy majo.

—Oh... ¿Y desde cuando hablas con el? —Harry enseguida se arrepintió de haber preguntado eso, ¡Por supuesto que Ginny ya sabría la respuesta! ¡Que estúpido había sido! ¡Todo había acabado! ¡Iba a ser descubierto nada más empezar!

—Hoy —dijo Luna muy contenta.

Harry suspiró con tanto alivio que sintió que el corazón se le escurría suavemente por la garganta.

—Pues eh... Me alegro mucho —probó a decir Harry.

—Eres tan amable —dijo Luna abrazando a Harry de forma demasiado cariñosa. Este intentó soltarse antes de que alguien sospechase sobre una posible bisexualidad por parte de Ginny.

—Esto... Emm... Luego me cuentas más, ahora voy a... emm... sentarme. Si, a sentarme allí, con Harry.

—Suerte —dijo Luna para la sorpresa de Harry guiñandole un ojo.

Harry parpadeó un par de veces y camino hacía Ginny pensando que ya había pasado lo peor.

—¿Que le pasa a Luna? —le preguntó Ginny en cuanto se sentó.

—Al parecer se ha enamorado de Theodore Nott —le contó Harry.

—Bueno, es guapo —dijo Ginny dando su aprobación.

—¿Harry? —preguntó Ron algo sorprendido—. ¿Acabas de llamar guapo a un chico y además de Slytherin?

Ginny se sobresaltó.

—¡Oh, venga ya Ron! ¡Estaba claro que era ironía! ¿A que tu lo has entendido Ha-Ginny?

—¡Claro! ¡Eres tan tonto Ronald! —dijo Harry cada vez más nervioso. Era una suerte que Hermione estuviese hablando con Lily porque Harry estaba seguro de que ella no habría pasado por alto algo como esto.

—Y-ya lo sabía, idiotas —se defendió inútilmente Ron—. Bueno, ¿donde habéis estado?

Harry y Ginny se miraron, ¡habían sido tan idiotas! ¿Como no habían planeado una respuesta para eso antes de venir? A Harry Hermione le había hablado sobre un laberinto, pero eso Ginny no lo sabía. Tenía que encargarse el de esta situación.

—Bueno, yo estaba dando una vuelta por los jardines y me he encontrado a Harry que, al parecer, había ido allí porque Hermione le había dicho que alguien le necesitaba ¿no Harry?

Ginny miró a Harry, agradecida por que le hubiese ayudado con eso.

—Sí, eso ha sido lo que ha pasado. Y luego hemos vuelto juntos.

—¿Y quien te necesitaba? —preguntó Ron con curiosidad.

—Nadie —aseguró Ginny—. Ha sido una broma de tu novia, ¡es tan graciosa!

Y fingió una risa horrible. Harry y Ginny se arrepintieron de no haber practicado las risas.

Ron parpadeó un par de veces pero no dijo nada.

—¿Creéis que falta mucho para la hora de cenar? —preguntó Harry buscando guiar el la conversación por terreno que pueda manejar con facilidad.

—Ni idea, pero me muero de hambre —comentó Ron.

—Y yo de sueño —dijo Ginny—. Creo que hoy me iré a dormir pronto.

—¿Eh? ¿Pero que dices? ¡Tenemos que hablar del próximo libro!

Esa idea pareció tentar a Ginny, siendo Harry podría enterarse de muchas cosas interesantes sobre sus aventuras y, quien sabe, tal vez alguna que otra cosa más.

Hermione se acercó a ellos en ese momento.

—Dice la profesora McGonagall que ya es hora de cenar. Levantaos para que puedan cambiar los asientos.

Como todas las veces anteriores Dumbledore sacudió su varita y el comedor volvió a su estado original. Todos los alumnos se apresuraron a sentarse y a servirse comida.

—¡Has visto estas alitas de pollo! ¡Que buena pinta! —dijo Ginny cogiendo una con cada mano y comiendo de forma bastante guarra.

Harry suspiró.

—Emm... ¿Harry? Sabes que así es como come Ron y no tú ¿no? —le preguntó en voz baja.

—Ostras, es cierto —dijo dejando las alitas en el plato y apresurándose a limpiarse el aceite de las manos y de la cara.

Hermione frunció el ceño, divertida por el comportamiento de Harry.

—Hey Ron, ¿tu crees que si comiera de forma igual de cerda que tu Hermione estaría enamorada de mi y no de ti? Quiero decir, mírame: Soy Harry Potter —dijo Ginny con una sonrisa ganándose un puñetazo en el hombro por parte de Ron.

—¡Pero que haces, idiota! —dijo Ginny alterada poniendose de pie, y entonces comprendió que Ron y Harry solían golpearse así de vez en cuando. Dejó caer la alita de pollo—. ¡Has hecho que se me caiga la alita de pollo!

(DN: Creo que si hubiera escrito yo los libros siempre estarían comiendo alitas de pollo ¿Por que siempre comen alitas de pollo? Debo tener una obsesión con las alitas de pollo)

Ron rió un poco mientras se agachó para recoger la alita y dejarla encima de la mesa.

—Oh, Ron, pon una servilleta debajo, vas a hacer que se pringue toda la mesa —le regañó Hermione.

—Ya has oído a mami —le dijo Harry y vio con extremo placer como Hermione no le miraba de mala manera. Esto podía llegar a ser bastante genial.

Harry comprendió que hablar demasiado era comprar boletos para ser descubierto, cuanto menos hablara mejor. Así que se pasó el resto de la cena hablando lo mínimo posible. Sin embargo, Ginny parecía disfrutar diciendo cosas de parte de Harry, generalmente halagos hacia Ginny o burlas hacia Ron.

Al terminar de cenar se despidieron de los adultos y subieron todos hacia la sala común de Gryffindor. Pasaron por el retrato de la Señora Gorda y fueron a sentarse frente al fuego. Harry se volvió completamente colorado al saber lo que quería decir Ginny al decir que "Había bebido demasiado". Y miró intranquilo como Ginny subía a la habitación de los chicos. Ginny iba a hacerlo. Iba a... La pierna derecha de Harry comenzó a temblar. Ginny iba a verla. Ginny iba a ver su varita.

—¿Que te pasa, Ginny? —preguntó Ron al ver el extraño comportamiento de su hermana.

—Se acabó —dijo Harry—. Mi vida se ha acabado.

Ron frunció el ceño y miró a Hermione, quien se encogió de hombros.

· · ·

Ginny subió la habitación de los chicos, no era la primera vez que subía así que eso no era una novedad. Lo que si era una novedad era que iba a ir a el baño de los chicos y a mear como un chico. Se mordió el labio, nerviosa, sabía que no debería hacer esto ¡pero se meaba! Lo sentía por Harry, pero lo sentía más por ella misma al saber que, tarde o temprano Harry también tendría que hacerlo, ¡y se sentía pero aún al pensar en Harry con su cuerpo poniendo barquitos a flotar en el baño! Le recorrió un escalofrío.

—Vamos Ginny, no pienses en eso, no pienses en eso —se dijo a si misma mientras entraba a uno de los baños.

Cogió aire y lo soltó varias veces, necesitaba prepararse.

—¡Ah, mierda! ¡No quiero hacer esto! —exclamó molesta.

—¿Hacer que, Harry? —escuchó Ginny a Dean hablandole desde la puerta.

—¡Ah! —exclamó Ginny asustada.

—¿Estás bien? —preguntó Dean preocupado.

Ginny cogió aire.

—Sí, Dean, estoy bien, no te preocupes.

—Vale, pues estaré abajo...

Ginny esperó a que los pasos dejaran de oírse.

—Vamos, tranquila, no es tan difícil —se dijo a si misma y comenzó a desabrocharse el pantalón.

(DN: Las mentes sensibles pueden prepararse porque pienso ser todo lo especifico que me apetezca.)

Sentía su corazón latir muy rápido y muy fuerte y le temblaban las manos, pero comenzó a bajarse el pantalón. Se lo bajó hasta las rodillas, por costumbre más que por otra cosa, y se miró el calzoncillo. Ahora venía la parte difícil.

—Se positiva Ginny, es lo más cerca que vas a estar de Harry en toda tu vida —se dijo antes de agarrarse los calzoncillos y bajarselos de golpe.

Ya estaba hecho, se dijo mirando hacia debajo. Y ahí estaba. Y ella lo vio. Y se puso roja. No era como ella se lo había imaginado aunque... ¡ella nunca se lo había imaginado! ¿O si? ¡Que más da eso ahora! Tragó saliva. Quería gritar, esto era demasiado.

—Calmate, calmate, calmate —se dijo a si misma—. No eres una pervertida, solo vas a mear con tu propio cuerpo ¿no es así? Eso es, eso es. Ahora a mear.

Una vez decidida no le costó tanto hacerlo, agarró la varita de Harry y apuntó hacia el váter. Vale, vamos allá. Y lo dejó ir. Y de la impresión un escalofrío recorrió su espalda. Y del susto movió el brazo y manchó el váter. Intentó relajarse pero cada vez estaba más nerviosa, ¡Y parecía que no iba a acabar nunca! Le temblaba la mano tanto que tuvo que sujetársela con la otra mano. Entonces, por fin, acabó. Ginny suspiró aliviada. Ya estaba hecho. Tenía ganas de saltar de alegría pero sabía lo que tenía que hacer. Tenía que sacudirla un poco para que no quedaran gotas. Tan solo el pensar en hacer algo así hizo que su piel se volviera roja.

—Lo siento tanto, Harry...

Y comenzó a sacudirlo, era su primera vez así que no sabía cuando debía parar pero, oye, era bastante agradable. Decidió seguir un poco más. Si, la verdad es que no estaba mal. ¿Y que pasaría si bajara la mano más?

—Vaya... —dejó escapar Ginny mientras experimentaba.

Pero no tardó en ocurrir lo peor. La varita de Harry se había transformado. Ahora era todo un bastón de mago, ¡un basilisco!. Ginny tragó saliva. ¿Entonces había estado haciendo lo que creía que había estado haciendo? Eso estaba mal... ¡Pero mira este basilisco! Ginny no podía bajar así a la sala común ¿Que diría Harry?

—No pienses en eso, Ginny —se dijo a si misma.

Pero ese no era el problema, ¿que iba a hacer con ese basilisco? Se le ocurría una cosa pero... No. No podía hacer eso... ¿O si? ¿Acaso tenía otra opción? ¿Que haría Harry si viera que tardaba mucho en bajar? Así es, no tenía otra opción.

—Venga ya Ginny, solo dices eso porque quieres hacerlo —se dijo a sí misma.

¿Podía ser eso cierto? Bueno, era cierto que estaba sintiéndose bien, pero ella entendía que no debía tratar el cuerpo de Harry. Ella había venido a mear y lo había hecho, ahora debía salir del baño, ¡Pero mira ese maldito basilisco!

—No puedo bajar así, y lo sabes —seguía hablando para si misma.

Algo avergonzada volvió a comenzar a mover la mano. Al principio fue probando diferentes formas de hacerlo y diferentes ritmos y, a medida que lo hacía, iba dejando de preocuparse por todas esas cosas. Solo tenía una cosa en la cabeza: Harry. Y lo más absurdo era que ella era Harry, ella estaba haciendo eso con la varita de Harry... Y se sentía tan bien... Una y otra vez... No podía parar... ¿Era una pervertida? Debía de serlo... Harry....

Y sintió como si un globo dentro de ella explotara. Dejó de moverse y sintió como su respiración estaba mucho más agitada de lo que pensaba. Pero eso no fue lo peor. Lo peor fue ver tanto en el suelo como en sus manos los resultados del hechizo de la varita de Harry. Abrió mucho los ojos.

—¡Mierda, mierda, mierda, mierda! —exclamó cogiendo papel higiénico. Se limpió la mano rápidamente, lanzó el papel al váter y tiró de la cadena. Repitió el proceso con lo que había en el suelo y salió corriendo. Se lavó las manos mientras se insultaba a si misma una y otra vez y salió del baño.

—Soy idiota... —dijo mientras se sentaba en la primera cama que vio y se tapaba la cara con las manos—. No voy a poder mirar a Harry a la cara nunca más...

· · ·

Ginny tardaba demasiado en bajar y, por cada minuto que tardaba, mil ideas horripilantes pasaban por la mente de Harry.

—¿Y si piensa que es muy pequeña? ¿Y si piensa que es asquerosa? Aah... Estoy perdido... —se decía Harry a si mismo.

—¿No está tardando Harry demasiado? —preguntó Hermione.

Ron asintió.

—Antes dijo que estaba cansado y que quería irse pronto a la cama, ¡Mas le vale no irse a dormir todavía! ¡Voy a ir a por el!

—¡No, Ron! —exclamó Harry—. Harry está bien, dejadle tranquilo.

Aunque era el el que estaba más preocupado de los tres.

—¿Tu que vas a saber? —dijo Ron frunciendo el ceño y subiendo a la habitación de los chicos.

· · ·

—¿Harry? —preguntó Ron al subir a la habitación de los chicos. Vio a su amigo sentado en su cama, tapándose la cara con las manos—. ¿Harry, estás bien?

—¡No, Ron, no lo estoy! —saltó Ginny—. ¡Soy lo peor! ¡La peor basura! ¡No me hables!

Y salió corriendo dejando a Ron completamente confuso.

—En fin, yo también voy a mear —dijo entrando al baño.

Se encontró con un váter manchado completamente de orina. Ron suspiró.

—Si meas fuera lo limpias —dijo algo mosqueado—. No te llamas a ti mismo basura y sales corriendo ¿que demonios le pasa a ese?

Y con un aireo de su varita (la de madera está vez) limpio el váter.

—No soy tan bueno como Hermione pero oye, no esta tan mal.

Y volvió a la sala común orgulloso de si mismo.

Cuando volvió estaba Hermione sentada sola, Ginny tampoco estaba ahí.

—¿Y mi hermana? —preguntó.

—Cuando Harry salió corriendo ella salió corriendo detrás de el —dijo encogiendose de hombros—. El caso es que ahora estamos solos.

Ron sonrió.

—En momentos como este me doy cuenta de que quiero a mi hermanita —confesó—. Supongo que tendremos que aprovechar el momento.

· · ·

—¡Harry! ¡Harry! ¡Harry! ¡Harrry! ¡GINNY! —gritó Harry y, por fin, Ginny se detuvo.

Harry también paró de correr, estaba completamente agotado, si que se notaba lo que era correr con un cuerpo que no era el suyo.

—¿Que diantres te pasa? —preguntó.

—No me hables, Harry —le dijo Ginny de espaldas.

—No, tu eres Harry ¿recuerdas? —le preguntó Harry.

Lo que recordó Ginny hizo que volviera a salir corriendo. Harry suspiró.

—¡Petrificus Totalus! —exclamó agitando su varita, pero de su varita salió una simple chispa.

Harry frunció el ceño y recordó a Ollivander hablando de las varitas y eso de que eligen al mago. ´

—Así que no basta con tener su cuerpo ¿eh? Interesante —dijo contemplando la varita de Ginny—. ¡Espera! ¡No tengo tiempo para esto!

Y echó a correr por el castillo, buscando su propio cuerpo.

—Corre como lo hace Ginny, acuérdate —se decía a si mismo de vez en cuando.

—Lo haces bastante bien —le dijo una voz desde unas escaleras que, justo en ese momento, comenzaron a moverse.

—¡Mierda, Ginny! —exclamó Harry furioso al ver como las escaleras se movían lejos de el—. ¿Que ha pasado en el baño?

Pero, cuando las escaleras llegaron a su siguiente destino, Ginny salió corriendo.

—Así que quieres guerra ¿eh? —dijo Harry hurgando en sus bolsillos—. Pues guerra tendrás.

Y entonces se dio cuenta de que Ginny no acostumbraba a llevar el mapa del merodeador encima, así que el no podía tenerlo en ese momento.

—Esto es una mierda —se dijo a si mismo mientras corría.

Aún así, Harry conocía el castillo, sabía a donde llevaba el camino por el que corría ahora Ginny, y conocía atajos y contraseñas.

—Sopa de cebollas —le gritó a el cuadro de un gracioso hombrecillo con bigote.

—No hay nada mejor para espantar a una dama —le confesó el hombrecillo antes de dejarle pasar por su pasadizo.

Harry salió por el pasadizo y se chocó con algo. O alguien. Se calló encima de Ginny. Ginny, al ver a Harry encima suyo, por instinto intento cubrirse sus ahora inexistentes pechos.

—Ese debería ser mi trabajo ahora —comentó Harry riendo.

—¡Ni se te ocurra! —le advirtió Ginny.

—Tranquila, tranquila, nunca se me ocurriría hacer algo así con tu cuerpo —Y eso hizo que Ginny se sintiera aún peor, por varias razones—. Ahora dime, ¿que ha pasado en el baño?

Ginny sabía que no tenía escapatoria.

—He meado —le confesó.

Harry sintió que enrojecía, tuvo ganas de preguntar miles de cosas y de esconderse para siempre al mismo tiempo. No dijo nada.

—Eso es todo —mintió Ginny.

—¿Y porque has salido corriendo?

—Eeh... Había visto un plimpy...

—¿Un plimpy de agua dulce? ¿Eso de lo que habla Luna que, al parecer, es actuático? —inquirió Harry acercándose más hacia Ginny.

—¡Vale, no es eso! —dijo Ginny irritada—. Pero no puedo decirte lo que ha pasado.

—¡¿Por que no?! ¡Es mi cuerpo!

—¡Precisamente!

—¡Eso digo yo!

—¿Y que quieres que te diga? ¿Que soy una inútil que no sabe controlarse?

Harry parpadeó un par de veces pensando y Ginny enrojeció avergonzada.

—¿Que no sabes controlarte? —preguntó Harry—. ¿Quieres decir que...

Ginny asintió.

—¿Entonces te has meado encima? —preguntó Harry divertido.

Ginny le miró extrañada.

—¿Mearme encima? ¡Claro que no!

Harry la miró más extrañado que ella a el.

—¿Entonces?

—Quiero decir que... que... —Ginny estaba sufriendo al pensar como decirlo.

Harry suspiró.

—Si, supongo que tener que ver las partes de un tío tiene que ser muy desagradable —dijo comprensivo—. Si yo estuviera en el cuerpo de otro tío pensaría lo mismo.

—¿Que? No es eso.

—¡En serio! Que alivio, pensaba que te daba asco...

Ginny rió.

—Claro que no, es...

Harry giró la cabeza, curioso.

—¿Es?

—Nada.

—Así que nada ¿eh?

—Eso es. Nada. Volvamos a la sala común.

Harry se levantó.

—Si, hagamoslo.

Ginny suspiró, al final Harry no se había enterado.

· · ·

Volvieron a la sala común sin prisas y, cuando entraron, solo quedaban allí Ron y Hermione. Harry no tenía muy claro donde acababa uno y donde empezaba el otro, pero una cosa estaba clara, lo mejor (por su propia seguridad) era dejarles tranquilos.

—Pues supongo que me voy a la cama —le dijo Harry a Ginny caminando hacia la habitación de los chicos.

—Por ahí vas mal, Ginny —rió Ginny remarcando su nombre—. Es por el otro lado. Hay un cartel en la puerta con el numero del curso, ya sabes que estás en cuarto ¿no?

—Eh... Si, claro —contestó Harry si hacerle mucho caso. El había visto hacía no demasiado tiempo lo que ocurría cuando un chico intentaba subir a la habitación de las chicas, ¿podría subir si tenía el cuerpo de una chica?

—Podrás subir —le aseguró Ginny adivinando sus pensamientos—. El problema son los nombres... ¿Conoces a las chicas de mi clase?

Harry se dio cuenta entonces de que no se sabía ninguno. Se había perdido la selección de Ginny en su primer año así que nunca había oído los nombres de sus compañeras de clase.

—Vale... ¿Como te lo digo? La más bajita se llama Aya, no hablo mucho con ella así que no te preocupes. La única rubia se llama Diana, seguramente te haga alguna pregunta tonta de vez en cuando, dale respuestas cortas y te dejará en paz. Ariane es muy despreocupada y siempre está alegre, la reconocerás enseguida y, su mejor amiga y la única que queda, es Dorothy, siempre está lloriqueando con que echa de menos su hogar y cosas así —le explicó rápidamente—. Por cierto, mi cama es la del medio, ¿te acordarás de todo?

Harry asintió, eran cuatro personas y una cama, iba a poder con ello. O eso pensaba antes de darse cuenta de que iba a tener que pasar tres noches durmiendo rodeado de chicas.

Subió las escaleras de caracol y entró a la habitación que correspondía al curso de Ginny.

—Por fin llegas, te estábamos esperando —le dijo una chica lanzandole una almohada, parecía muy alegre, ella debería ser Ariane.

—¿Esperándome para que, Ariane? —preguntó Harry algo dubitativo.

—Ariane está en el baño, ahora saldrá —le dijo la chica que Harry pensaba que era Ariane y Harry maldijo por lo bajo. Bueno, esa chica parecía bajita, no sabía si sería la más bajita, pero era probable. Esa chica debía ser Aya.

—Vale, Aya.

—Oh, Aya está durmiendo ya, dijo que estaba muy cansada —le informo la chica que no era ni Ariane ni Aya y Harry volvió a maldecir por lo bajo.

—¡Espera! —dijo entonces—. ¡Eres rubia!

—Emm... Sí, lo soy.

—Vale, eres Diana.

Diana rió.

—Claro que lo soy, ¿a que viene esto Ginny?

Resuestas cortas, respuestas cortas.

—A nada, a nada.

Diana se encogió de hombros y Harry le pasó su almohada.

La cama del medio era la suya, camino hasta ella y se sentó encima. En ese momento se dio cuenta de lo peor. Y lo peor no era solo una cosa, eran muchas. Iba a tener que quitarse el uniforme para ponerse el pijama ¿como demonios se desabrocha un sujetador?, iba a tener que revolver entre la ropa de Ginny y, lo peor, iba a tener que mear, ¡Mear! ¡Orinar! ¡Hacer pis! No podía ser cierto... ¿No había ningún hechizo que vaciara mágicamente la vejiga?

Harry suspiró, Ginny se había enfrentado esto y había salido victoriosa, el también podía hacerlo.

Entró al baño.

—Oh, hola Ginny —le dijo alguien. Harry supuso que era Ariane.

—Hola Airannnnnnnnnaaaaaaaaa —no pudo terminar de pronunciar el nombre al encontrarse que la Ariane a la que saludaba estaba delante suyo recién duchada y cubierta únicamente con una toalla. Es decir, debajo de la toalla no había nada ¿Entiendes? ¡Nada! Se metió corriendo en uno de los baños y cerró la puerta.

—Te entiendo —dijo Ariane—. Cuando alguien tiene que ir, tiene que ir.

—Ja, ja —intentó reír Harry. Le latía el corazón como loco. Esto no estaba bien, no estaba bien. Tenía que mear rápido, meterse rápidamente en la cama, cerrar los ojos y no abrirlos hasta que el dormitorio estuviese completamente vacío.

—En fin, yo salgo ya —le informó Ariane.

Harry no pudo relajarse hasta que escuchó como se cerraba la puerta del baño. Dejó salir todo el aire que tenían sus pulmones.

—Tu puedes, Harry, digo Ginny —se dijo a si mismo mientras se disponía a bajar la tapa del váter que, por alguna razón ya estaba bajada.

—Vale, esto es una falda... ¿Tengo que bajármela para mear o basta con levantarla? No, Harry, Harry, tienes que hacer las cosas bien. Bajatela. Espera... ¿Tengo permitido hacer eso? Claro que si, bobo, ahora bájate esto... Bien, veamos, ¿como se baja?

Y en ese momento Harry se dio cuenta de lo idiotas que habían sido el Ginny al discutir sobre como andar y no sobre como manejar las cosas importantes. Entonces Harry descubrió una pequeña cremallerita a un lado de la falda, bajo la cremallera y la falda cayó sola. Se sintió un pervertido al estar viendo las bragas de Ginny.

—Y esto también tengo que quitármelo... En serio, no puedo hacer esto... —cogió aire—. Lo siento, Ginny.

Y se bajó las bragas. Cerró los ojos para no ver nada y se sentó. Estaba nervioso. Prefería mil veces enfrentarse a un colacuerno húngaro que pasar por lo que estaba pasando. Aunque eso era estúpido ¿no? En ese momento se dio cuenta de que estaba a solas con el cuerpo de una chica. Podía mirar todo lo que quisiera, ¡incluso tocar!

—No, Harry, contente... ¿A esto era a lo que se refería Ginny con lo de "controlarse"? —se preguntó Harry a si mismo y se sintió estúpido—. No, por supuesto que no. Vale, es hora de mear.

Se relajo y sintió como todo pasaba. Seguía con los ojos cerrados y, por un instante, tuvo ganas de llorar. Y, por fin, todo acabó. Espera, no todo, tenía que quitarse las gotitas que quedaban pero... ¿como? Durante un par de segundos sacudió el cuerpo como un idiota y se dio cuenta de que eso no funcionaba y de que era idiota.

—¡Pues claro, papel! —exclamó sintiéndose un genio y cogiendo papel higiénico.

Respiró un par de veces.

—A la de tres —se dijo a si mismo—. Una, dos y... No puedo. Si puedes. No puedo. ¡Tres! Aaaah...

¿Froto o le doy toquecitos con el papel? ¡¿Froto o le doy golpecitos con el papel?! ¿FROTO O LE DOY GOLPECITOS CON EL PAPEL? ¡Maldita sea, ser chica es tan endiabladamente difícil! Y Harry sintió admiración por todas las chicas del planeta. Por todas esas chicas que sabían si debían frotar o dar golpecitos.

Harry llegó a la conclusión de que dar golpecitos era más seguro y eso hizo, con delicadeza y suavidad. No pudo evitar sentir a través del papel lo que había al otro lado, y eso no fue demasiado bueno para su salud. Su respiración se fue agitando mientras olvidaba que el papel higiénico que había cogido no era para que hiciera de intermediario entre el y la cámara de los secreto de Ginny. No podía verlo desde esa posición así que solo podía imaginar con lo que sentía a través del papel.

—No debería estar haciendo esto —dijo Harry de forma sensata mientras dejaba caer el papel al váter—. ¡Pero, maldita sea, necesito ver como es! No, no, no, no, contrólate. Piensa en lo que diría Ginny si lo hicieras. Espera... ¿No dijo Ginny que no supo controlarse? ¿Quiere decir eso que lo miro?

(DN: Si tu supieras amigo mio...)

—¡Entonces yo tengo derecho también! —se dijo Harry a si mismo mientras sentía como su corazón se aceleraba. Iba a hacerlo. Iba a ver como era. Tragó saliva—. Solo será un vistazo...

· · ·

—Hey, Ginny ¿que pasa con esa sonrisita? —le preguntó Diana en cuanto Harry salió del baño.

Diana < Respuestas cortas.

—Nada.

Pero Ginny mintió.

—¿Como que nada? ¿A pasado algo? —volvió a preguntar—. ¿Tiene que ver con Michael?

—¡Ni hablar! —negó Harry mosqueado por alguna razón.

—¿Dean el de quinto? —preguntó Ariane, y Diana y la que quedaba (que debía ser Dorothy) la miraron sorprendidas—. ¡Venga ya! ¿Pero es que no habéis visto como la mira?

Las chicas rieron tontamente y Harry se sintió molesto.

—Bueno, pero a ti Dean no te importa para nada ¿no? —le preguntó Dorothy.

—Por supuesto que no —aseguró Harry.

—¿Entonces quien es el que te "importa" ahora? —inquirió Ariane con una picara sonrisa.

A Harry casi le se escurre el nombre de Cho, pero supo controlarse.

—Tu me importas —dijo Harry mientras se dejaba caer sobre la cama, dando respuestas secas y tontas deberían de dejarle en paz.

—Oh... ¿Entonces soy yo? ¿Estás en etapa de experimentar? —la voz de Diana estaba cada vez más cerca. La cama Harry se hundió más y Harry no tardó en llegar a la conclusión de que, en ese mismo momento había una chica es su misma cama—. ¿Te apetece jugar?

¿Que debía hacer Harry?

1.- Hacerse el dormido (ir a la pág. 297)
2.- El contrataque del león salvaje (ir a la pág. 666)

(DN: Oye, pues hacer un "Elige tu propia aventura" de Harry Potter sería interesante. Si alguien hace uno que me comunique)

Harry no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones y no sabía como debía reaccionar. Sabía que era una broma pero, ¿como reacciona un hombre ante una broma como esta? Pero para el solo había dos salidas, y la más factible era bastante borde.

—Ahora no Diana, tengo sueño —dijo Harry girandose y dandole la espalda. Ya está, pensó Harry, por fin me dejaran en paz.

Pero sintió un par de dedos dando pasitos por su cintura.

—¿Estás segura? Sería divertido...

—Ha dicho que tiene sueño, Diana —dijo una voz desconocida para Harry, que debía ser Aya—. Dejala en paz, y callad de una vez, que hay quien intenta dormir,

Diana bufó.

—Celosa.

Harry suspiró aliviado, pero aún no había pasado lo peor. Ahora tenía que quitarse el uniforme y ponerse el pijama... Lo bueno es que ya sabía quitarse la falda.

Inteligentemente, Harry cerró las cortinas, así nadie vería sus ridículos intentos al intentar quitarse el sujetador. ¡Espera, espera, espera! ¡Harry! Si te quitas el sujetador.... ¡Quedaran al aire!

—Maldita sea —murmuró Harry—. El mundo es demasiado difícil.

—¿Dices algo? —preguntó Dorothy, que estaba en la cama de al lado.

—Que echó de menos mi cuer... casa.

—Te entiendo —dijo Dorothy—. Como en casa no se está en ningún sitio.

—Venga ya, Dorothy —escuchó Harry decir a Ariane—. El mundo es genial, y tienes que darte cuenta.

—Pero echo de menos a mi perrito...

—¿A Toto? —preguntó Harry siguiendo una corazonada.

—¡Sí! —dijo Dorothy con nostalgia y Harry sonrió divertido—. Espera, ¿alguna vez os había dicho su nombre?

—Llevamos juntos desde primero, claro que si —mintió Harry—. En fin, buenas noches.

—Buenas noches —dijeron todas a coro.

Harry cogió aire y lo echó despacito. Vale, primero la tunica, desabrocho la camisa, me la quito y... ¡Demonios, porque Ginny tiene un cuerpo tan... ¡Alto ahí, Harry! ¡Somos tu mentaurores y te prohibimos tener ese tipo de pensamientos hacia la hermana de Ron! Lo entiendo señores, ha sido un despiste, en serio, perdonadme. No te preocupes, chico, estamos aquí para ayudarte. Pudriros en el infiero, pensó Harry, sin darse cuenta de que los mentaurores están en su mente. ¡Falta de respeto hacia los mentaurores! ¡A la mentacarcel!

—Venga, Harry, deja de hacer el idiota y enfréntate a ello —susurró mientras observaba con algo de vergüenza los sujetadores de Ginny y, sin manera posible de evitarlo, lo que contenían.

—Vale, primero cojamos el pijama para cambiarme rápidamente.

Abrió la maleta de Lily y buscó algún pijama, pero no encontró nada. Frunció el ceño, extrañado ¿no tendría Ginny pijama? Sabía que los Weasleys eran pobres, pero creia que todos tendrían pijama. Bueno, de hecho había visto a Ginny con su pijama hacía dos años. Tan mona cuando era pequeña... Sonrió durante unos segundos y luego se obligo a ponerse serio. Se dejó caer sobre la almohada ¿Por qué era todo tan dificil? Espera ¿Y ese vulto? Levantó la almohada.

—¡Aja! —dijo en voz alta al encontrarse el pijama bajo la almohada.

—¡Sshh! —escuchó Harry decir a Aya para que deje de hacer ruido.

Vale, ahora a por el sujetador. Llevo sus manos hacia detrás y buscó la forma de quitárselo. Cada vez que se rozaba la espalda sentía un escalofrío. No fue tan difícil de soltar como había pensado, pensó mientras lo dejaba sobre la cama, dejando los pechos de Ginny completamente al aire,

—¡Mierda! ¡Los he visto! —susurró cabreado consigo mismo—. Bueno, al menos no he prestado demasiada atención.

Podía dibujarlos con todos los detalles.

—Ya no hay nada que hacer, ponte el pijama y a la cama.

Se quitó la falda y las medias y, como no sabía si Ginny dormía con o sin bragas, decidió dejárselas puestas. Su puso el pijama y se metió en la cama. Todo lo que había pasado ese día era de locos. Suspiró y cerró los ojos. ¿Podrían Ginny y el superar los tres días?

Bueno, ya habían podido con uno.


¡Menudo capitulo más raro! Por una parte me he divertido haciéndolo, pero por otra mi mente no paraba de decirme que esto daba para mucho más. Si tan solo se me hubiera ocurrido antes de sentarme a escribir...

¡Se acabó la tercera parte! ¡Hora del cuarto libro! Que locura.

En fin, queridas princesas y queridos princesos, es hora de que Dait se vaya a la cama. Si no me voy no podré despertarme y arrepentirme de la mitad de las cosas que he escrito.

¡Lee la siguiente parte!
(El miércoles que viene)

14 comentarios :

  1. Has roto mi corazon por segunda vez en 1 semana :´(,creí que Jo escribia en el blog.. ok, ok, tal vez no tan así pero aits xD
    Waa me has hecho que me caiga de la cama de la risa! Solo imaginarme a un Harry de 15 en el cuerpo de una chica es suficiente para que me ponga a reír como histérica aunque me pregunto si en tu maquiavelica cabezita no estarás pensando en poner a Ginny (Harry) en su semana roja o a Harry (Ginny) con sus "hechizos matutinos" ¡El como se las arreglarian sería para morir!
    Me ha encantado el momento NothLuna (principalmente por que en la historia original todo lo que dicen de el es que es un esmirriado y ya~)
    Un beso y Ciao!
    PD:¿Tienes en cuenta que entre chicas el baño es como que comunitario en las mañanas?
    PD2: Si te preguntas cuál fué la primera vez que rompiste mi corazón en la semana es cuando pase por aquí a última hora del miércoles y no había cap :C

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  2. Dait como se te pudo ocurrir esta hermosura!!!!
    Las partes de los baño no me lo esperaba @-@ pero estuvo mortal ...... crei que ibas a subir el capitulo ayer( en mi caso) estuve actualizando como loca pero soy de las chicas con paciencia así que no tuve drama
    Tres días con el hechizo va estar mortal (se las pusiste difícil pero lo disfrutaron)Las palabras con las que morí fueron la "varita y el basilisco de harry" y "la carara de los secreos de ginny"
    Esta parejita nothluna me gusta (oficialmente es de slytherin theo estoy un poco perdida??)
    Nos leemos en el próximo capitulo
    PD:el cáliz de fuego es uno de mis libros favoritos
    PD2:me recomendas un libro
    Atentamente nashi dragnnel ^__^

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  3. Esto fue simplemente genial, no puedo esperar el siguiente, se daráccuenta harry lo que hiso ginny con su cuerpo, harry lo ara también?

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  4. "Ginny iba a verla. Ginny iba a ver su varita."
    "La varita de Harry se había transformado, ahora era todo un bastón de mago, un basilisco!"
    "Si meas fuera lo limpias, no te llamas a ti mismo basura y sales corriendo. ¿Que demonios le pasa a ese?"
    "El papel higiénico no era para que hiciera de intermediario entre él y la cámara de los secretos de Ginny"
    ¿Por qué Dait, por qué? xDDD He muerto con este capítulo. En serio. Lo que te habla ahora es mi espiritu flotando frente al ordenador mientras a mi cuerpo le dan espasmos en el suelo. Espero que al menos vengas a mi entierro en Narnia.
    Ahora sí, no? Ahora sí. *Lanza los fuegos artificiales que tenía guardados desde hace siglos* Wooooo!!! Se acabó del todo el tercer libro!! *party hard* La siguiente vez que actualices ya será el cáliz de fuego! Maldición superada al 100% xD Good job!
    Una cosita del capítulo, no sé por qué cada vez que escribes frío (que en este cap es muchas veces) en vez de poner frío pone frió xD Es una tontería pero aparece como 20480985 veces en este capítulo (no exagero... bueno quizá un poco... pero solo un poco eh) y me ha llamado la atención xD
    En fin, hasta la próxima!
    LaurieAngel

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  5. Siiii que ha sido raro, pero he acabado leyendomelo entero, asi que algo de sentido tendría, ¿no?
    Es increíble que ya vaya a empezar el cuarto, ¡estoy emocionada!
    El capítulo te quedo raro pero guay, espero mucho así.

    Espero impaciente la siguiente entrega :P
    ¡Hasta el miércoles que viene!

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  6. Se te va la olla muchacho Jajajja. En fin, hoy no te escribo más que el otro día sí lo hice y pasaste de mí 😜

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  7. No tengo palabras para describirlo!, demasiado genial!
    ¡Que idea mas fina! En serio como minimo les da un ataque de corazon a cada uno por dia, ¿que pensaran Harry y Giny del futuro?, bueno como siempre esperare a que actulices (una semana es un martirio) pero vale la pena y siempre sonrio cuando te leo (en serio hasta en los capitulos "por que peter? 1-2" ) De cualquier forma, la parejita potter es una pervertida! Quen diria... Saludos- otra vez- de Venezuela

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  8. jajajajaja aire aire!! no pueo con esto muero lol xDDDD JAJAJAJAAJAJJjajaajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajjaajajajajaj en fin espero subas el primer capitulo el cuarto libro pronto nos leemos byeee ^^

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  9. Jajaja.... ¿Sabes? Tenía que parar de leer de vez en cuando por la risa y cuando me recuperaba seguía solo para volver a parar. Tan buen capitulo jajaja....
    ¿Qué comes para tener tan buenas ideas?
    Oficialmente has terminado el tercer libro y desde el próximo... ¿miércoles?... comienzas el cuarto.... ¡estoy esperándolo con ansias!
    Otra cosa... me encanta la pareja de Theo y Luna.
    ¿De verdad no supiste lo que te decía en el capítulo anterior?
    Esto pones en "el heredero de Slytherin":
    "Entonces Moody soltó una sonora carcajada.
    -¡Ha matado a un basilisco con una maldita espada! -dijo mientras reía-. ¡Con una espada! Solo diez personas juntas consiguieron matar uno en una única ocasión y usando varita ¡Y él ha matado uno el solo con una espada! ¡Y con doce años! -entonces se puso repentinamente serio-. Todo el mundo debería saberlo. Deberían darle una orden de Merlín de primera clase.
    Harry abrió la boca sorprendido.
    -Tienes razón, Moody -dijo Fudge aun sorprendido por lo que se acababa de leer-. Y yo me aseguraré de que la tenga."
    Y ahora pasemos al capítulo de "más lechuzas mensajeras":
    "Cho bufó.
    -Si alguien se merece una Orden de Merlín aquí, ese es Harry -dijo asegurándose de dedicarle a Harry una bonita sonrisa.
    -Las O.M. son algo muy serio señorita... Chang -le explicó Percy-. No cualquiera puede...
    -¡Por favor, Percy! ¿Quien se merece una más que Harry? bla bla bla..... (me da flojera seguir escribiendo)" -lo dice Ginny.
    ¿Ahora sí que quedó claro?
    Hasta el siguiente capítulo.

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  10. Interesante, en el momento en que Harry decidio ver la vagina de Ginny se me ocurrio una cancion para describirla llamada "a billion dollar pussy", es todo lo que tengo que decir jejeje solo espero ver mas de las "cochinadas" de estos dos jejej

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  11. ME ENCANTO no soy de dejar comentarios pero necesito preguntarte si vas a poner el always de Snape? ¡sigue escribiendo eres increíble y fabuloso!
    Conix

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  12. Hola Dait :D
    bueno tengo demasiado tiempo sin comentar , la universidad me agota demasiado últimamente, así que empecemos. ¡Felicidades por un año con tu Fic! Me sigue pareciendo impresionante la cantidad de tiempo que le has dedicado a este proyecto. También te digo que bailo de emoción porque leas a Percy Jackson, es bastante difícil lograr que alguien lea cualquier cosa en donde vivo.

    Que otro pendiente tengo por comentar... Felicidades por terminar el tercer libro. me he divertido demasiado leyendo los últimos capítulos sobretodo el pequeño momento que le regalaste a Luna. Y lo del cambio de cuerpos fue realmente genial.

    Bueno creo que es todo lo que recuerdo por ahora. Cuidate.
    Erica

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  13. ¿Que necesidad de hacerlos sufrir tanto a costa tuya? Aunque fue muy gracioso, debo admitir

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  14. No digo nada aún para ver en qué desemboca todo esto, y porque estoy en el móvil, y tardo un montón en escribir, y esto de merece un buen y largo comentario, (tanto como un basilisco... Jajajaja) que se haría eterno en el teclado del móvil. Cuando vuelva al ordenador, mañana, lo escribiré... A ver si no es dentro de muchos capítulos, porque estoy leyendo en la cama, en una de mis infinitas noches de insomnio, son las 3 de la madrugada, y ni tengo sueño, ni la menor gana de dejar de leer... XDDDD

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